REFLEXIONES
SOBRE LA UNIDAD Y LA ORDENACIÓN DE LA MUJER
Por
Pr. Eduardo Israel Esteban Silva
@Eduardoies
Pastor distrital de Huaraz A
Asociación Peruana Central Este
Comienzo
estas reflexiones con las palabras de Ángel Manuel Rodríguez (AMR) registradas
en uno de sus artículos del libro Mensaje,
Misión y Unidad de la Iglesia. El artículo lleva por título “Unidad de la
iglesia en mensaje y misión: su fundamento”. Es interesante notar que AMR
fundamenta acertadamente que el mensaje de nuestra Iglesia Adventista va de la
mano con la práctica. No es posible predicar de unidad si en nuestra vida
diaria se ve otra cosa. Él afirma,
“En
un mundo dividido por el pecado y la rebelión, la iglesia permanece como un
testigo visible de la obra y el poder salvadores de Cristo, quien puso fin al
poder divisorio del pecado. En consecuencia, una fragmentación en la iglesia evidenciaría una influencia mundanal,
un distanciamiento de Cristo, la incursión de la naturaleza fragmentadora del
pecado dentro de la iglesia misma, y la negación del poder reconciliador de la
cruz. En otras palabras, la unidad de la iglesia da testimonio al mundo que
Dios envió a su Hijo para reconciliar al mundo así mismo y a unos con otros.
Sin la unidad de la iglesia, el poder salvador de la cruz difícilmente podría
hacerse evidente en el mundo”.[1]
Al
leer esta cita y otras más que redacta en su artículo viene a mi mente la
importancia del voto a favor o en contra para que las divisiones decidan un aspecto de
suma importancia, a saber, la Ordenación de la mujer (OM). Siendo éste (la
Ordenación) un tema fundamental desde el inicio de la Iglesia con los
apóstoles, la señora White afirma que, “La iglesia cristiana estaba entonces en
una era importante”.[2] No
obstante, hoy se quiere tomar un voto que fragmente
al pueblo adventista; entonces, si este tema que para Elena de White era
fundamental en el inicio de la iglesia hoy no es tan relevante para conservar a
unidad entre el pueblo de Dios en los tiempos finales de la historia; entonces
que más se puede esperar. El testimonio vale tanto como su mensaje, puesto que
el mundo creerá que Jesús vino a salvar, si somos uno como Cristo y el Padre
son uno. (Jn. 17).
La
Ordenación al sagrado ministerio ha sido juzgada hoy por no tener fundamento bíblico, muchos que defienden la OM afirman que
la Ordenación no es de origen bíblico, más bien es una nomenclatura cuya
historia no tiene nada que ver con lo bíblico, tratando de referirse a orígenes
paganos.
Siendo
que los adventistas somos el pueblo de la Biblia, al menos eso considero yo
desde hace muchos años, a decir verdad, desde mi niñez. Entonces, ésta
afirmación nos debe alarmar. Que el asunto de la ordenación no es bíblico; si
es que en realidad es cierto esto, es un problema gravísimo. Revisemos algunos
puntos respecto a este tema.
El
Comentario Bíblico Adventista en
relación a la imposición de las manos sugiere que la orden básica venía del
Espíritu Santo, puesto que Él sería el que dirigiría a los apóstoles en sus
viajes misioneros. Así mismo afirma que los apóstoles impusieron las manos
reconociendo la divina comisión confiada a Saulo y Bernabé.[3]
Por
su parte Elena de White toma este pasaje bíblico para advertir que por ese
acto, ellos estaban autorizados por la iglesia, “no solamente para enseñar la
verdad, sino para cumplir el rito del bautismo, y para organizar iglesias,
siendo investidos con plena autoridad eclesiástica…Su ordenación fue un reconocimiento público de su elección divina para
llevar a los gentiles las alegres nuevas del evangelio”.[4]
Lo
interesante e importante es que si usted desea, puede buscar tanto en la Biblia
como en el Espíritu de Profecía por lo menos una afirmación directa y
específica de parte de ella con que se les impusiera las manos a las mujeres
para un trabajo eclesiástico como el que tuvieron los primero ministros
llamados también apóstoles. Recordemos lo que anteriormente sugirió la Sra.
White, ella mencionó las tareas específicas que incluía la ordenación en ese
contexto: “…no solamente para enseñar la verdad, sino para cumplir el rito del
bautismo, y para organizar iglesias, siendo investidos con plena autoridad
eclesiástica”[5],
algo que hoy se ha encargado sólo a los ministros ordenados (ungidos). La
Biblia justamente nos aclara que fueron varones, en este caso los apóstoles
quienes fueron los encargados por el consejo del Espíritu Santo para llevar a
cabo esta sagrada obra (Hechos 13:1-3).
Algo
positivo de los que defienden la OM, es que han desempolvado textos maravillosos respecto al trabajo y encomienda que Dios le
dio a la mujer en el contexto de la misión de la Iglesia. Uno de esos tantos
textos está colgado como portada en la página en Facebook titulada “Yo apoyo la
ordenación de la mujer”; curiosamente el administrador del grupo le ha puesto
título a esa cita con estas palabras: “Elena de White creía en la ordenación de
la mujer”. A continuación redactamos la cita con sus respectivos resaltes:
“Las
mujeres que están dispuestas a consagrar
parte de su tiempo al servicio del Señor deben ser designadas para visitar a
los enfermos, cuidar a los jóvenes y ministrar las necesidades de los pobres. Deben
ser separadas para esta obra por medio de la oración y la imposición de las
manos. En algunos casos ellas necesitarán el consejo de los oficiales
de la iglesia o del ministro; pero sin son mujeres devotas, que mantienen una
conexión vital con Dios, serán un poder para el bien en la iglesia. Éste es otro
medio para fortalecer y edificar la iglesia. Tenemos que diversificar (branch out) más nuestros métodos de trabajo”
Elena G. White, “The Duty of the Minister and the People”, Review and Herald, 9
de julio de 1895.
La lectura sobre este
tema me llevó a la fuente y el contexto de esta cita mencionada, curiosamente
descubrí que ésta, formaba parte de un material preparado por el patrimonio
White para ser presentado en el Concilio Ministerial del Congreso de la
Asociación General de 1990 respecto al tema de la OM.[6]
Anteriormente yo mencioné que no había
una cita directa sobre la imposición de las manos a una mujer, y esta cita
sugiere que sí. No obstante, también dije que no hay una cita que hable sobre
el tema y específicamente sobre la ordenación al sagrado ministerio evangélico.
Si bien es cierto, la cita menciona la imposición, sin embargo su contexto y
sugerencia es otra. Permítanme transcribir algunas citas y entre ellas cartas
sobre el asunto y lo que pensaba la Sra. White sobre la ordenación de la mujer
al ministerio evangélico.
·
Aunque Elena de White recibió
credencial ministerial por muchos años por parte de la Asociación de Michigan, nunca
fue ordenada por la imposición de manos humanas, ni realizó bautismos,
casamientos o la organización de iglesias. Ya en 1895 ella recomendó la
ordenación de mujeres que se dedicaran al tipo de trabajo que realizan las
diaconisas, y es aquí justamente donde se utiliza el párrafo citado por los que
defienden la ordenación de la mujer al ministerio evangélico: “Aquellas damas
que tienen voluntad de consagrar algo de su tiempo para el servicio a Dios,
debieran ser elegidas para visitar a los enfermos, atender a los jóvenes y
ministrar a los pobres. Debieran ser separadas para esta tarea por la oración y
la imposición de las manos.”[7]
Haciéndole un breve análisis al párrafo podríamos advertir algunas
contradicciones inocentes. Por ejemplo, la cita comienza diciendo: “Aquellas
damas que tienen voluntad de consagrar algo
de su tiempo”; si bien es cierto he llegado a comprender que el trabajo de
un ministro ordenado no tiene límites de tiempo, es decir su trabajo es a
tiempo y fuera de tiempo, es a tiempo completo en otras palabras. Aquí por lo
tanto cuesta creer que se refiere al trabajo pastoral.
Si
seguimos con la lectura y análisis de la cita también encontraremos algo
interesante, White afirma: “Debieran ser separadas para esta tarea…”. Y la tarea
es, “visitar a los enfermos, atender a los jóvenes y ministrar a los pobres”.
En ningún momento la tarea sugiere bautizar, casar u
organizar iglesias.
Por
último, podríamos mencionar que la cita nos da mayor claridad de que no se está
refiriendo al tema en mención cuando afirma: “En algunos casos ellas
necesitarán el consejo de los oficiales de la iglesia o del ministro”. En esta
parte cabe mencionar que Elena de White mayormente se refirió a lo que nosotros
llamamos pastores como Ministros, cuando se refería era
siempre de esta manera, vuelvo a recalcar, Ministros. Y aquí evidentemente
según el contexto sugiere que no se está hablando en el sentido de que una vez
“ordenada” consulte a los ministros sobre su labor al iniciarse como pastora
como asume Miguel Ángel Núñez y muchos otros en dicha página de Facebook. El texto
en realidad habla del ministro como un consejero para ese cargo que ella estaba
recibiendo; no se necesita ser un lingüista extraordinario para entender el
contexto. Aquella encomienda sagrada por imposición de las manos para el
trabajo específico de atender a los pobres, enfermos, en fin, el trabajo de las
diaconisas. Darle otro sentido sería alterar no sólo el texto sino sus
resultados, en otras palabras sería mentir.
·
El punto ocho de este material
preparado para el congreso de 1990 antes mencionado, dice lo siguiente: “Al
parecer, Elena de White nunca sugirió que la iglesia Adventista del Séptimo Día
comenzará con la práctica de ordenar musjeres al ministerio evangélico. Su
secretario, C. C. Crisler, dice que ella había sido muy cauta en el asunto.”
Crisler afirma esto debido a algunas correspondencias. A continuación pondremos
algunos extractos de las cartas:
“Marzo 12, 1916
“Sr. Clarence Crisler, Sanatorio
California.
“Apreciado Hno. Crisler: “…La razón por la que pido
esta información es porque en una reunión reciente, el pastor Andross apartó a
algunas mujeres por la imposición de las manos, y cuando le pregunté con qué
autoridad lo hacía, me refirió a usted. Yo he sido instructora bíblica por
varios años, y recientemente he recibido una credencial ministerial; por eso
deseo tener esa información.” Sra. Cox.
El secretario de Elena de White
responde de la siguiente manera a dicha carta:
“Marzo 22, 1916.
“Sra. Cox, San Antonio Texas
“Apreciada Hna. Cox: Tengo su carta del día 12, en
la que me consulta acerca de la ordenación de las mujeres que dedican algún
tiempo a la obra misionera, particularmente acerca de una declaración de Elena
de White que usted cree que ella escribió durante la década de 1890 en la
Review. Siendo que la pregunta requerirá algún estudio e investigación…Sin
embargo debo decirle que he entendido que esa declaración no recomienda
positivamente la ordenación de mujeres al ministerio evangélico, sino que se
refiere básicamente a la ordenación de mujeres temerosas de Dios para que sean
diaconisas en las iglesias locales”.
Después de haber analizado y compartido
citas de lo que EGW habla respecto a la Ordenación evangélica de los Ministros
y haber aclarado el supuesto apoyo de EGW a la OM al sagrado ministerio
evangélico; amerita pronunciar las siguientes palabras: “el que lea entienda”.
No
obstante, hay otros puntos importantes de tocar respecto al tema de la OM, lo
que más me sorprende es notar que la mayoría de ellos utiliza sarcasmos,
agresividad, confusión, etc.; ya no
puedes defender tu pensamiento si vas en contra del de ellos. Y justamente son
los que proclaman más que hay que hacer diferencia entre unidad y diversidad, y
que justamente en la unidad puede haber diversidad. Sin embargo, ellos no
parecen tolerar la diversidad de pensamientos. Todos los textos que EGW refiere
acerca de la obra de la mujer, ninguno se refiere a la OM, ella
jamás presentó alguna teoría de defensa respecto al tema en cuestión como es
propuesto por los que defienden esta postura, aduciendo que EGW creía en la OM
como ya lo hemos mencionado. Al contrario, ella a través de una carta a su
esposo Jaime White expresó que tampoco estaba apoyando a los movimientos por
los derechos de la mujer.
“La
Sra. Graves considera el asunto del aumento del crimen y la desmoralización de
la sociedad de la misma manera en que yo lo veo, y dice que las mujeres debería
votar para detener este tipo de leyes. Tuvimos una larga charla con relación a
la temperancia. Ella ha estado pensando y meditando estas cosas, y su mente
está madura para una decisión. Sin embargo, le dije que mi mente no está
preparada para estas cosas. Mi obra es de otro carácter.”[8]
Por otro lado, el secretario de EGW
afirma que ella se había mantenido al margen sobre el tema e incluso había
advertido de los peligros que traerían una decisión así, leamos:
“Aunque
no es parte de mi tarea (en el Patrimonio White) interpretar lo que ha sido
escrito, perdóneme por expresar mi convicción de que este artículo publicado en
la Review, no se refiere a la
ordenación de mujeres al ministerio evangélico, sino más bien toca el tema de
apartar para deberes especiales a ciertas mujeres temerosas de Dios, en las
iglesias donde las circunstancias se presten para ello. Quisiera agregar además
que la Hna. White fue personalmente muy cuidadosa en relación al asunto de
ordenar mujeres como ministros del evangelio. A menudo ella habló de los
peligros a los que estaría expuesta la iglesia por esta práctica, frente a un
mundo opuesto a esto. Debo decirle que nunca he visto una declaración
proveniente de su pluma en que la recomiende, en forma oficial y formal, la
ordenación de mujeres al ministerio evangélico, para realizar labores públicas
que se esperan de un ministro ordenado”.[9]
Curiosamente en todas las defensas de
los que están a favor de la OM, ninguno presenta este tipo de cartas que
manifiestan un silencio o advertencia de EGW respecto al tema; tampoco hacen
alusión a la manera como se dirige EGW a los pastores ordenados, a saber ministros.
Sin embargo, los que no apoyamos la OM, podemos utilizar tranquilamente todos
los textos que hablan sobre el ministerio de las mujeres en la misión de la
iglesia, porque obviamente no hablan de
una ordenación evangélica para ser ministro. Otra vez repito, EGW siempre
resaltó la palabra ministro haciendo diferencias marcadas entre “pastoras y
pastores” o “apacentadores de la grey”.
En estos día leí un artículo que según
Miguel Ángel Núñez es el mejor que ha leído sobre la OM, éste ha sido escrito
por Ty Gibson[10].
Al ver su post y dicha expresión, sentí la curiosidad de leerlo, entre las
cosas que se registra, resalto positivamente algunas de ellas.
1. Entre
sus palabras iniciales él dice lo siguiente, “Sea lo que sea que esté por descubrir,
estoy seguro de una cosa: la iglesia debe aceptar lo que sea que la Biblia
enseñe sobre este asunto, así que necesito saber qué es lo que enseña”.
Yo, y creo que todos los adventistas estamos de acuerdo con ello. Al fin y al
cabo, somos el pueblo de la Biblia.
2. También
afirma y estoy de acuerdo con que, “no hay ninguna cita de EGW que diga que se
debe o no se debe ordenar mujeres”. Sin embargo, aunque esto es verdad, ella
también manifestó sus peligros, y declaró que habían cosas que no eran su
prioridad como ya se ha documentado anteriormente.
3. Otra
cosa que dice Gibson y que me gustó es la defensa de la expresión paulina
“esposo de una mujer”; a mi parecer es la más coherente y lógica que he leído
(usted puede leerlo en el enlace compartido). No obstante, su defensa no tiene
nada que ver con el apoyo a que las mujeres sean ordenadas como ministros.
4. También es digno de resaltar que él menciona
que, “Ambos lados del
asunto están procurando, indudablemente con honestidad ante el Señor, de
descubrir y seguir lo que la Biblia enseña sobre este asunto”.
No obstante, creo que para ambos lados algunos no están siendo honestos con sus
argumentos y quieren jugar con los sentimientos o inocencia de los delegados.
Además
de lo anterior, hay otras cosas más que menciona y que son interesantes. Sin
embargo, dentro de todo lo que dice, hay muchas cosas mal interpretadas, no
pondré todas las que yo pienso que están mal, pero sí pondré algunas cosas que
también considero intencionalmente provocadoras y negativas.
1. Su
primera idea, (a menos que sea profeta o esté fomentando esta actitud de
rebeldía y división) reza así, “Un voto NO tiene el potencial de dividir
a la Iglesia Adventista a un nivel denominacional, posiblemente llevándonos
a la separación de algunas uniones de la Iglesia Adventista del Séptimo Día
mundial”. Mi estimado lector, si usted está
leyendo bien esta afirmación, Gibson está asegurando que probablemente se
retirará de la IASD organizada si no aceptan su inclinación, aunque seguirá
siendo adventista; según mi percepción esto se llama rebeldía, capricho y ánimo
para la división. Gibson está olvidando que EGW dice,
“Hermanos,
nunca permitáis que las ideas de alguna persona perturben vuestra fe con
respecto al orden y la armonía que deberían existir en la iglesia.[...] El Dios
del cielo es un Dios de orden, y requiere que sus seguidores tengan reglas y
normas que mantengan el orden”.[11]
“Algunos
han adelantado la idea de que, a medida que nos acerquemos al fin del tiempo,
cada hijo de Dios actuará independientemente de toda organización religiosa.
Pero he sido instruida por el Señor en el sentido de que en esta obra no existe
tal cosa como que cada hombre pueda ser independiente”.[12]
“¡Oh,
cómo se regocijaría Satanás si tuviera éxito en sus esfuerzos por infiltrarse
en medio de este pueblo y desorganizar la obra en un momento cuando la
organización completa es esencial, puesto que será el mayor poder para impedir
la entrada de movimientos espurios, y para refutar pretensiones que no tienen
apoyo en la Palabra de Dios! Necesitamos sujetar las riendas en forma pareja,
para que no se destruya el sistema de organización y orden que se ha levantado
gracias a una labor sabia y cuidadosa. No se debe permitir la acción de ciertos
elementos desordenados que desean manejar la obra en este tiempo”.[13]
“Como
miembros de la iglesia visible y obreros en la viña del Señor, todos los que
profesan el cristianismo deben hacer cuanto puedan para conservar la paz, la
armonía y el amor en la iglesia. Tomemos nota de la oración de Cristo: ‘Para
que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también
ellos sean en nosotros una cosa; para que el mundo crea que tú me enviaste’
(Juan 17:21). La unidad de la iglesia es la evidencia convincente de que Dios
ha enviado al mundo a Jesús como su Redentor”.[14]
Siendo
que Jesús oró por la unidad y que EGW está mencionado que los que profesan el
cristianismo deben hacer cuanto puedan para conservar la paz, la armonía y el
amor. ¡Gibson está fomentando la división!, él probablemente se separará si hay
un NO. El manual de la IASD sugiere también, “La Junta Directiva de la
Asociación General, entre congresos, está capacitada por la Constitución y por
los Estatutos para actuar en favor de los constituyentes. Así, las
organizaciones de todo el mundo reconocen el Congreso de la Asociación General
como la voz de la iglesia”.[15]
Es decir, lo que se vote o apruebe allí, al ser una iglesia representativa debe
ser aceptado por todos los adventistas pues es la “voz de la iglesia”. Si
alguien no lo quiere aceptar, puede buscarse otra iglesia, así de sencillo.
Ahora
bien, para terminar esta parte, la cita de EGW que presentaré a continuación,
además de las que presenté hace un momento, dejará (a mi parecer) la idea de
Gibson sin fundamento, lea con atención.
“Se
me ha indicado muchas veces que ningún hombre debe renunciar a su juicio para
ser dominado por el de cualquier otro hombre. Nunca debe considerarse que la
mente de un hombre o la de unos pocos hombres se basta en sabiduría y poder
para controlar la obra y decir qué planes deben seguirse. Pero, cuando en un
Congreso de la Asociación General se expresa el juicio de los hermanos
congregados de todas partes del campo, la independencia y el juicio
particulares no deben sostenerse con terquedad, sino entregarse. Nunca debe un
obrero tener por virtud el persistir en una actitud independiente contra la
decisión del cuerpo general”.[16]
2. Hay
una pregunta que Gibson hace, “¿La Biblia manda una ordenación solo para
varones y/o prohíbe la ordenación de la mujer?”.
Definitivamente no hay un texto bíblico afirmando tal cosa. No obstante, sí hay mucha evidencia del ministerio
varonil y poco de la obra de las mujeres en apoyo al liderazgo del pueblo de
Dios, las mujeres presentadas allí son “ayudadoras” o “colaboradoras” del
trabajo de los apóstoles o en todo caso “seguidoras” de Jesús. En contraste,
hay una gran cantidad de textos relacionados al ministerio varonil.
Volviendo a la
pregunta de Gibson, él se contesta así, “Si lo hace, entonces estamos lidiando
con un asunto claro de ortodoxia doctrinal e imperativo moral, en cuyo caso la
ordenación de la mujer constituiría una infidelidad a la Escritura y una
rebelión contra Dios. Pero si no lo hace, entonces la iglesia es libre de hacer
lo que considere mejor para el esparcimiento del evangelio, y aquellos que
están elevando el asunto al nivel de verdad de prueba están convirtiendo en
divisivo lo que la Biblia no considera divisivo”. Él dice que la iglesia es
libre de hacer lo que considere mejor, sin embargo anteriormente él mismo
declaró que posiblemente se separaría de la IASD si ésta no aprueba su postura.
Además, él tiene razón a que la Biblia no considera divisivo, permítanme
responder ¿por qué? Simplemente porque no habla nada sobre el asunto, el
divisionismo lo está fomentando él y todo el grupo que amenaza y da ideas de lo
que se puede hacer sino se da lo que ellos quieren. Bueno, al fin y al cabo
todos tenemos derecho a equivocarnos, pero también tenemos el deber y la
humildad de reconocer nuestro error.
3.
Siguiendo con el análisis de lo que
dice Gibson, es menester presentar la mala interpretación de la cita siguiente
de EGW, ““Todos los que deseen una oportunidad
para verdadero ministerio, que se entregarán sin reservas a Dios, encontrarán
en la obra del colportaje oportunidades para hablar sobre muchas cosas
concernientes a la vida futura e inmortal. Es la compañía del Espíritu Santo de
Dios la que prepara obreros, tanto hombres como mujeres, para convertirse en
pastores del rebaño de Dios”.[17]
Gibson está aduciendo que, el colportaje prepara a las mujeres para ser
pastoras ordenadas. Esto es malinterpretado, pues el contexto de la cita habla
claramente del ministerio de las publicaciones y que una forma de apacentar la
grey de Dios es a través de las publicaciones, resaltaré lo que quiero decir
con la misma cita, “Todos
los que deseen tener una oportunidad de ejercer un verdadero ministerio”. (el
ministerio de las publicaciones según el contexto de todo el capítulo del
libro). No obstante, si alguien quiere jugar con las palabras puede
hacerlo, por eso es importante ir al texto original y leer todo lo que antecede
y va después de la cita.
4.
La declaración siguiente me impactó
profundamente, él afirma, “El problema es que la
Biblia nunca habla del rol pastoral como una posición de liderazgo”. Al
parecer no está considerando el texto de 1Pedro 5:1-4 (NVI), “A los ancianos que están entre ustedes, yo, que soy anciano
como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe con ellos de la
gloria que se ha de revelar, les ruego esto: cuiden
como pastores el rebaño de Dios que está a su cargo, no por obligación ni por
ambición de dinero, sino con afán de servir, como Dios quiere. No
sean tiranos con los que están a su cuidado, sino sean ejemplos para el rebaño. Así,
cuando aparezca el Pastor supremo, ustedes recibirán la inmarcesible corona de
gloria”. Juzgue usted si aquí la Biblia no
está hablando del pastor como alguien que tiene posición de liderazgo. Pablo
también lo afirma, “Encarga y enseña estas cosas. Que nadie te
menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un
ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y
pureza. En tanto que llego, dedícate a la lectura pública de las
Escrituras, y a enseñar y animar a los hermanos. Ejercita el don que recibiste
mediante profecía, cuando los ancianos te impusieron las manos” (1Ti 4:11-14). Se podría poner muchos textos más sobre el
asunto pero creo que es bastante claro ver en cada apóstol la posición de
liderazgo por ser ministros de la grey. Aunque sí estoy de acuerdo con él cuando
dice que los textos donde se habla del varón como cabeza no deben ser aplicados
al liderazgo en la iglesia. No obstante, el término utilizado “el pastor es la
cabeza”, no necesariamente es porque en realidad él es la “cabeza”, sino que es
un término aplicado al liderazgo, simple.
5.
Casi finalizando, aunque considero
que se podría presentar más ideas equivocadas y provocadoras, ésta que a
continuación presento habla de los roles de esposo y esposa, él dice, “Si una mujer es ordenada como una ganadora de almas
vocacional, su esposo aun es su esposo y ella aún es su mujer. Toda la dinámica
esposo-esposa sigue siendo igual”. Discúlpenme, pero definitivamente no
estoy de acuerdo con esta cita porque desde mi punto de vista, él está yendo en
contra de los roles y funciones específicos de Dios a través de su Palabra, del
Espíritu de Profecía y la ley natural de la vida. La dinámica matrimonial en el
caso de que una mujer haga exactamente el rol de ministro ordenado que se
presenta en la Biblia, cambiaría mucho, permítame explicar el ¿por qué? con una
de las citas más hermosas que encontré en la Biblia relacionada al trabajo del
pastor, obviamente hay muchas más, pero elegí el texto de Hechos 20, un
capítulo que nos muestra que el pastor debe estar preparado para: Viajar muy
lejos en diferentes tipos de transporte y a veces a pie; también menciona la
responsabilidad de trabajar a tiempo y fuera de tiempo, en realidad aquel
ministro que diga que un pastor tiene horarios, yo lo considero como un
asalariado; Pablo también menciona que hay que trabajar duro; visitar mucho;
tuvo conflictos emocionales fuertes; organizar campañas de evangelismo en las
calles y en las casas. Ahora, además de ello, el contexto en que se vive exige
que el pastor está detrás de cada actividad, así haya formado buenos líderes.
Los ministros ordenados tiene que hacer bastante esfuerzo físico, mental y psicológico.
Mientras que el libro de 1Pedro 3:7 dice lo siguiente, “De
igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando
cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y
ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones
de ustedes” (NVI, énfasis del autor). Miguel
Ángel Núñez tiene una cita importante sobre este aspecto, él afirma, “Pablo
entiende que el varón es cabeza de la mujer, pero el parámetro para medir esta
figura es Cristo. Si alguno quiere ser cabeza de la mujer, no quiere decir esto
que debe ser él quien dé las órdenes, el que someta, el que dicte, el que sea
conciencia de su mujer, esto es lo que Cristo no hace con su Iglesia. Cristo
salva, se entrega, se somete a la muerte, deja todo, sustenta y cuida.
Si alguno no está en condiciones de asumir ese papel, entonces difícilmente
puede llamarse cabeza de su mujer”.[18]
Algo en lo cual yo estoy totalmente de acuerdo y justamente como varón que
recibí de Dios la responsabilidad de cuidar y sustentar a mi esposa como habla
Núñez. Esto también se complementa con lo que dijo Dios al inicio, cuando
claramente dio los roles del varón y de la mujer. A la mujer le dijo:
“Multiplicaré tus dolores en el parto, darás a luz a tus hijos con dolor”. EGW
dice esto respecto a la mujer, “Después
de Dios, el poder de la madre en favor del bien es el más fuerte que se conozca
la tierra”.[19] No
obstante, la siguiente cita es más que importante respecto a la influencia
maternal, ella afirma, “El
vínculo terrenal más tierno es el que liga a la madre con su hijo. Este queda
más impresionado por la vida y el ejemplo de la madre que por la del padre,
porque aquélla y el niño se ven unidos por un vínculo más fuerte y tierno”.[20]
Por otro lado al varón Dios le dijo, “…con penosos
trabajos comerás de ella todos los días de tu vida…te ganarás el pan con el
sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra”. (Gn 3:16-19). Las
funciones como usted ve, claramente va en relación a lo que Dios dijo. La mujer
tiene una relación más clara con los hijos, mientras que el varón con el
sustento de la familia a través del trabajo físico. Entiéndase bien que no estoy
diciendo que el varón no es responsable de sus hijos. Tal vez esto cause
problemas para algunos y consideren machista tal declaración. Sin embargo, Dios
lo estableció así. Para mí, machismo es tratar a la mujer como si fuera un
varón, aduciendo que ella puede hacer lo mismo que hace el varón respecto a
rendimiento físico y emocional. Acaso se olvidan lo que Pedro dijo, “…ya que
como mujer es más delicada” (1Pe 3:7). Cómo esposo antimachista jamás le daría
a mi esposa el mismo trabajo que el mío, porque conozco y ella también cuan
duro es ser un pastor y así mismo ser una esposa de pastor. Esto no tiene nada
que ver con machismo.
A manera de conclusión, me resulta triste decir que los que
apoyan la ordenación de la mujer, no hacen eso solamente. Ellos no estás
dispuestos a ceder, ya Gibson lo decía, “Un voto
NO tiene el potencial de dividir a la Iglesia Adventista a un nivel
denominacional, posiblemente llevándonos a la separación de algunas uniones de
la Iglesia Adventista del Séptimo Día mundial”. Permítanme decirle que
hasta ahora no he leído o escuchado a aquellos que estamos a favor del NO decir
algo parecido. Al menos mi verdadera perspectiva adventista me hace acatar todos
los votos de mi Iglesia a nivel mundial, votos que se establecen en el congreso
anual. Recuerde la maravillosa cita de EGW, “”Pero, cuando en un Congreso de la Asociación
General se expresa el juicio de los hermanos congregados de todas partes del
campo, la independencia y el juicio particulares no deben sostenerse con
terquedad, sino entregarse. Nunca debe un obrero tener por virtud el persistir
en una actitud independiente contra la decisión del cuerpo general”.[21] Esto
es sumamente importante respecto a la unidad que Dios quiere para su iglesia,
cualquier otro pensamiento va en contra de ello.
Finalmente considero que este
tema debe llevarnos a orar más, a consagrarnos como nunca antes. Es mi deseo
que en este congreso se vote pensando en respetar los principios y orden
divina, antes que cualquier pensamiento independiente y verdaderamente
divisivo.
Pr. Eduardo Israel Esteban Silva
Pastor
distrital de Huaraz A
Asociación
Peruana Central Este
Nota: Si deseas descargar el artículo en PDF puedes acceder a través del siguiente link:
Nota: Si deseas descargar el artículo en PDF puedes acceder a través del siguiente link:
[1]Angel Manuel
Rodríguez, Ed. Mensaje, misión y unidad
de la iglesia (Buenos Aires: ACES, 2015)
[2]Elena de White,
Obreros evangélicos, 457.
[3]Comentario
sobre Hechos 13:1-3 CBA.
[5]Ibíd.
[6]Usted puede
revisar el Apéndice C que se encuentran en las páginas 261-268 del libro Hijas de Dios.
[7]Elena de White,
Hijas de Dios (Buenos Aires: ACES,
2009), 261, 262.
[8]Ibíd., 266.
[9]Ibíd., 268
[10]Ty Gibson es
Co-director de Portadores de Luz y pastor de la IASD en Oregon. Usted puede
leer todo el artículo en: http://perspectivaadventista.com/blog/una-mirada-cercana-a-la-ordenacion-de-la-mujer-por-ty-gibson/
[13] Ibíd., 489
[14]Joyas de los
testimonios, t. 2, p. 263.
[15]Manual de la
Iglesia Adventista, 30.
[16]Joyas de los
testimonios, t. 3, p. 408.
[18](Énfasis del
autor) Miguel Ángel Núñez, Amores que
matan, 11.
[19]Elena de White,
El hogar cristiano, 215.
[20]Ibíd., 215,
216.
[21]Joyas de los
testimonios, t. 3, p. 408.