EL PERFECCIONISMO ¿UNA ENSEÑANZA BÍBLICA?

INTRODUCCIÓN

El tema de la perfección ha dividido al cristianismo a través de la historia en su búsqueda de salvación. No hay duda que el perfeccionismo como enseñanza “básica” para la salvación como algunos refieren, sea de gran importancia para muchos. Sin embargo, la comprensión errónea de este tema significa la perdición del hombre, lejos de su salvación.

George R. Knight hablando de este tema menciona las palabras de Juan Wesley, diciendo alguna vez que, “prácticamente no existe ninguna otra expresión en las sagradas escrituras que haya causado más agravios que ésta”.[1]

El tema del perfeccionismo es considerado como un problema teológico en la actualidad, así, en las palabras de LaRondelle, “perfección y perfeccionismo no son problemas ajenos hoy”.[2]

Sin duda alguna Wesley no dijo algo incierto, con respecto a que este tema es “divisorio”, ya que se ha convertido en un problema latente aún en seno de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la década de los 40 a 50 del siglo pasado y que sus secuelas siguen vivos actualmente. Este problema fue ocasionado en gran parte indudablemente con uno de los más connotados líderes de la iglesia, nos referimos a Milian L. Andreasen,[3] quien creía que Jesucristo heredó la naturaleza postlapsariana o la naturaleza de Adán después del pecado, mostrando así únicamente que tenía evidentemente una comprensión errónea no sólo de la cristología sino de la hamartología en esencia.

Es por ello que este estudio tiene suma importancia, pues de ello depende nuestra salvación. Siendo que el tema del perfeccionismo es un tema divisorio y delicado y que compete al tema de la salvación del hombre. Es factible plantear el problema siguente: ¿Es el perfeccionismo una enseñanza Bíblica?

A través de un breve estudio sistemático, en el área de la soteriología, se pretende responder a preguntas tales como: ¿En qué consiste el perfeccionismo? ¿Es bíblica la enseñanza del perfeccionismo? ¿Cómo era entendido este asunto entre los griegos y el pensamiento hebreo? ¿Por qué este tema es mal entendido? ¿Qué problemas trajo a la IASD? Y finalmente ¿Cómo debe ser entendido este tema a la luz de la Biblia y Elena G. de White?

Es preciso señalar además que, no es el afán de este estudio demostrar si es posible o no llegar a la perfección sino cómo debe ser entendido a la luz de la Biblia este asunto.

DEFINICIÓN DE TÉRMINOS

a. Perfeccionismo: La palabra “perfecto” del latín perfectus, se define como el que tiene mayor grado de bondad o excelencia en su línea. Entonces a la luz de esta definición, perfeccionismo tiene que ver con la acción de perfeccionar, cualidad de

mejorar indefinidamente sin decidirse cuándo dar por terminado.[4]

b.El perfeccionismo como enseñanza soteriológica: El perfeccionismo como tal enseña que es posible vivir la vida impecable, es decir que el hombre puede vivir sin pecar.

c. Perfecto: La palabra griega para perfecto es te,leioj y significa: completo, perfecto, “un fin, un propósito, una meta o un blanco.” Pero la idea tiene que ver con “maduro” 1 Cor. 14:20. Es decir alguien perfecto es alguien maduro.

d. Perfecto: La palabra hebrea para perfecto es ~T' perfección, acabado, íntegro, total, entero. Noé, Abraham y Job por ejemplo fueron llamados perfectos aunque pecaron.

Sin embargo aunque las dos últimas palabras signifiquen lo mismo, definitivamente llegar a ser lo que la palabra significa, para las dos concepciones (griega y hebrea) era muy diferente a la otra, esto era así por una mala comprensión del concepto del pecado.[5]

Así, el verso bíblico más traumático para los cristianos al tratar este tema es el de “sed pues perfectos como vuestros Padre…” (Mt 5:48), pues ha sido el texto que ha motivado a miles y desanimado a diezmiles y se podría decir que es el talón de Aquiles para muchos.

No obstante este asunto es fácilmente entendido si se entiende el concepto de perfección a la luz de la Biblia.

CONCEPTOS DE PERFECCIÓN ENTRE EL GRIEGO Y HEBREO

I. PARA EL GRIEGO:

La perfección tenía que ver con el alcanzar la bondad al máximo y una vez llegado ahí, ya no puedes ser malo.[6] La perfección para el pensamiento griego es estática, tiene un tope, era perfecto si no se equivocaba, a eso es lo que algunos conocen hoy como impecabilidad.

Los griegos entendían el concepto alguien perfecto porque para ellos ser perfecto era ser buen hombre o hacer buenas obras. El hombre era medido según sus obras. Si hacía malas obras era imperfecto, y si hacía buenas obras era perfecto.

El concepto griego de perfección era así porque su entendimiento del pecado consistía en que el pecado era actos, hechos, acciones, obras. De esta manera si un momento el hombre no hacía obras malas había alcanzado la perfección y por ende era un perfecto. Muchos fueron considerados perfectos, pues moralmente habían alcanzado dominar sus costumbres corruptas.

A la luz del párrafo anterior claramente se puede entender que del concepto del pecado depende la perfección.

II. PARA EL HEBREO:

Para el hebreo la perfección es dinámica, es todo un proceso indefinido.[7] No es estático y es perfecto todo aquél que camina conforme a la voluntad de Dios pues Dios es perfecto (Lv 9:2, 18; Mt 5:43). Para el pensamiento hebreo la perfección consistía en un proceso de avanzada.

Para el pensamiento hebreo (aunque los israelitas no lo entendieron en su plenitud en la práctica), el concepto de la perfección era entendido al igual que los griegos en función del concepto del pecado. Para el verdadero pensamiento hebreo y por ende bíblico (especialmente del A.T), el pecado es la condición del hombre después del pecado en Edén a través de la desobediencia y la infracción de la ley de Dios.

El pecado entonces era entendido por los hebreos como la condición del ser humano, o como algunos refieren la “naturaleza”.

De esta manera, tanto en el pensamiento griego y hebreo, la comprensión del tema de la perfección gira en torno a la comprensión del asunto del pecado.

Bajo esta premisa es fácil entender que los grandes problemas teológicos en torno al tema del perfeccionismo es la mala comprensión del tema del pecado.

PERFECCIÓN COMO ENSEÑANZA BÍBLICA

Habiendo evidenciado que existe una diferencia definida claramente entre el pensamiento griego y el pensamiento hebreo del tema en estudio, y que ambos son diferentes porque ambos entienden de manera opuesta el significado del pecado. Es sencillo identificar el problema hoy, en el seno de la iglesia y resolver el problema de estudio. Es decir si el perfeccionismo es bíblico.

A la luz de la Biblia y del concepto hebreo (que son uno) lo que a lo largo de las Sagradas Escrituras se evidencia es que, la perfección es una enseñanza bíblica.

De esta manera lo único que presenta la Biblia es el apoyo tajante a que sí es posible ser perfecto, pero perfecto según el pensamiento hebreo.

Así, la invitación de Mateo 5:48 “Sed pues perfectos como vuestro padre que está en los cielos es perfecto”.

Algunos pasajes bíblicos que a la perfección, entendiendo que la perfección es un proceso indefinido, a lo que se conoce como santificación constante a través del Espíritu Santo, hasta cuando venga Jesucristo (Fil 1:6):

a. “… Noé era varón justo y perfecto…” (Gn 6:9).

b. “Anda delante de mí y sé perfecto …” (Gn 17:1)

c. “ … Sed pues santos porque Yo Soy santo…” (Lv 11:44, 45).

d. “perfecto serás para con Jehová tu Dios…” (Dt 18:13).

e. “… Aquél hombre era perfecto…” (Job 1:1).

f. “Entenderé el camino de la perfección…” (Sal 101:2,6).

g. “La justicia del perfecto enderezará su camino…” (Pr 11:5).

h. “Si quieres ser perfecto, anda y vende lo que tienes…” (Mt 19:21).

i. “En verdad hablamos sabiduría entre los perfectos…” (1 Co 2:6).

j. “Hasta que todos lleguemos… al estado perfecto… ” (Ef 4:13).

k. “Para que estéis perfectos y firmes…” (Col 4:12).

l. “… vayamos delante de la perfección… ” (He 6:1).

m. “El Dios de paz perfeccione en toda obra buena…” (He 13:20).

n. “… para que seáis perfectos y cabales…” (Stg 1:4).

o. “… en su boca no fue hallada mancha…” (Apo 14:5).

Es importante mencionar una vez más que no es afán de este estudio hacer hincapié en detallar si es o no posible ser perfecto, lo que se hace es únicamente mostrar que la perfección es bíblica como enseñanza. Sin embargo no el concepto de perfeccionismo.

PERFECCIONISMO COMO ENSEÑANZA BÍBLICA

El perfeccionismo como tal, a la luz de la Biblia no tiene lugar. Esto es así porque sencillamente el perfeccionismo sigue los lineamientos del concepto de perfección griego, lo cuál no tiene asidero bíblico.

El perfeccionismo enseña que es posible vivir sin pecado en un momento de la vida. No obstante, este concepto o enseñanza es producto claramente de una mala comprensión bíblica.

Lo que la Biblia enseñan entre líneas a lo largo de su desarrollo es únicamente la perfección, como se mostrado.

¿EN QUÉ RADICA EL ORIGEN DEL PROBLEMA?

Como se evidenció en las definiciones del pensamiento griego y hebreo sobre perfección, ambos tenían lugar en su comprensión marcada con respecto a la doctrina del pecado.

Los que creen en la perfección entienden que el pecado es cualitativo (condición, cualidad, naturaleza) y que ella no es cortada por la voluntad propia, es decir por fuerza humana. Esa condición será desarraigada por el mismo Dios en la venida de Jesús. Entonces partiendo de esa premisa, la perfección consiste en un proceso de santificación y de completamiento indefinido, es decir hasta que venga Cristo.

Así, los que creen en el perfeccionismo como tal, creen que es posible vivir sin pecado o en la impecabilidad, porque consideran que el pecado es un conjunto de hechos o actos cualitativos. Así que en el momento que el hombre deja de pecar ha alcanzado la perfección.

¿CUÁL ES EL PELIGRO DEL PERFECCIONISMO?

El perfeccionismo al considerar al pecado como actos o un conjunto de acciones, y que es posible ser perfecto por que no haces lo malo, asevera que es posible ser salvo por obras, y que todo aquél que alcanza la perfección (la impecabilidad para ellos) puede ser salvo. Así definidamente están declarando que Cristo murió en vano o que la muerte de Cristo no fue suficiente. De esta manera, para ser salvo tienes que, en otras palabras, completar la obra que Cristo hizo en la cruz del calvario.

En la década de los 40 en la IASD, M.L. Andreasen empezó con fuerza a enseñar y predicar desde la Asociación General, que los adventistas debían ser perfectos, tal como el mandato bíblico lo señala y que la última generación de hombres que vivan sobre la tierra estará conformada de aquellos que han alcanzado la perfección, Satanás les tentará pero ellos no cederán porque han alcanzado la perfección de Cristo, ellos demostrarán que es posible vivir sin pecar.[8]

Esta enseñanza es peligrosa ya que pone al hombre como el protagonista en la victoria sobre el pecado, así, da mucha estima a su fuerza de voluntad y subestima al pecado. Demostrando así que es posible salvarse sin Cristo.[9]

M. L. Andreasen, tuvo una mala comprensión de la salvación y gracias a ello la IASD fue considerada, por las denominaciones cristianas como una iglesia legalista y que se salva por obras. Él creía firmemente en la naturaleza de Cristo tal como nosotros, o como la de Adán después del pecado (postlapsariana), y que Cristo puede ser tranquilamente nuestro ejemplo pues él venció al pecado en vida y nosotros debemos seguir su ejemplo, pues es nuestro ejemplo.

Esta idea es totalmente igual al pensamiento griego de perfección, pues califica al pecado como actos y no hechos. Pero aún peor, al creer que Cristo tuvo la naturaleza humana de Adán después del pecado o que Cristo tuvo naturaleza pecaminosa, entonces declara que Cristo era pecador. Si se cree eso estamos aceptando que Cristo también necesitaba un salvador, lo cual es una herejía con toda claridad.

Por actitud contraria y agresiva frente al liderazgo de la iglesia le quitaron sus credenciales ministeriales y se retiraron sus libros de las casas publicadoras adventistas.[10]

¿ELENA G. DE WHITE Y EL PERFECCIONISMO?

Elena G. de White, escribió mucho acerca del tema de la perfección, pero de la perfección, no del perfeccionismo como enseñanza. Ella consideraba en alta estima la perfección del carácter y por ello mencionó en varias oportunidades que era necesario que en la santificación podamos llegar a ser perfectos cada día. Los que creen en la impecabilidad, toman y compilan muchas citas de Elena y le hacen hablar en contra de lo que la Biblia dice. Ella mencionó entre varios pasajes lo siguiente:

“El Señor exige perfección de su familia redimida. Demanda perfección en la edificación de del carácter”. “Todo el que se esfuerza, puede alcanzar la perfección del carácter”. “Podemos vencer plena y enteramente. Jesús murió para hacernos un camino de salida, a fin de que pudiésemos vencer todo mal genio, todo pecado, toda tentación y sentarnos al fin con Él”.[11]

Pero podemos entender que ella conforme a la inspiración que recibió, también entendía la perfección desde el punto de vista bíblico, es decir una perfección que implica proceso dinámico.

CONCLUSIONES AL RESPECTO

1. Ante la pregunta inicial: El perfeccionismo: ¿Una enseñanza bíblica?

§ No hay asidero en la Sagradas Escrituras para tal enseñanza.

§ La enseñanza bíblica apoya a la perfección cristiana, mas destierra toda idea del perfeccionismo.

2. El perfeccionismo es originado por la mala comprensión del tema del pecado y la salvación por ende.

3. El perfeccionismo enfatiza la salvación por obras y el “sacrificio incompleto de Cristo”, ya que ellos solos se atribuyen su posibilidad de salvación por actos.

4. Elena de White enseña la perfección no el perfeccionismo.

5. Finalmente, la enseñanza del perfeccionismo en la IASD, es latente en ciertos sectores que en su entendimiento de la cristología y el tema de la naturaleza de Cristo tienen errores. Así, lo único que creen es que “Cristo es nuestro ejemplo en todo…” y como Él fue perfecto nosotros también debemos serlo. Pero lo que no entienden es que Cristo fue nuestro ejemplo en todo, pero según nuestra semejanza “parecido”.

6. Así, el perfeccionismo es una idea diabólica y nada relacionado con la Biblia.

BIBLIOGRAFÍA

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Knight, George R. Guía del fariseo para una santidad perfecta. Un estudio sobre el pecado y la salvación. Bogotá: Asociación Publicadora Interamericana, 1998.

LaRondelle, H. K. Perfection & Perfectionism. A dogmatic- ethical study of biblical perfection and phenomenal perfectionism. Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 1979.

Núñez, Miguel Ángel. La verdad progresiva. Desarrollo histórico de la teología adventista. Lima: Fortaleza Ediciones, 2007.

Real Academia Española, Diccionario de la lengua española. España: Editorial Espasa Calpe, S.A, 2001.

Payne, Barton “~T'” Dicionario Internacional de Teologia do Antiguo Testamento. ed. R. Laird Harris, Gleason Archer y Bruce K. Waltke. San Pablo: Vida Nova, 1998.

Gerhard Kittel y Gerhard Friedrich. Ed. Compendio del diccionario teológico. Grand Rapids: Libros Desafío, 2003.

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[1]George R. Knight, Guía del fariseo para una santidad perfecta. Un estudio sobre el pecado y la salvación (Bogotá: Asociación Publicadora Interamericana, 1998), 9.

[2]H. K. LaRondelle, Perfection & Perfectionism. A dogmatic- ethical study of biblical perfection and phenomenal perfectionism (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 1979), 3. En adelante Perfection & Perfectionism.

[3]Véase Miguel Ángel Núñez, La verdad progresiva. Desarrollo histórico de la teología adventista (Lima: Fortaleza Ediciones, 2007), 117.

[4]Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, (España: Editorial Espasa Calpe, S.A, 2001), 1730.

[5] Este detalle se explicará en lo sucesivo.

[6]Perfection & Perfectionism, 6.

[7]Barton Payne “~T'” Dicionario Internacional de Teologia do Antiguo Testamento, eds. R. Laird, Gleason Archer y Bruce K. Waltke (San Pablo: Vida Nova, 1998), 1647.

[8]Guía del fariseo para una santidad perfecta, 23.

[9]Ibid., 65.

[10]Miguel Ángel Núñez, La verdad progresiva. Desarrollo histórico de la teología adventista (Lima: Fortaleza Ediciones, 2007), 118.

[11]Todas estas citas son citadas por George R. Knight, Guía del fariseo para una santidad perfecta. Un estudio sobre el pecado y la salvación (Bogotá: Asociación Publicadora Interamericana, 1998), 207, 8.