En este post, me gustaría enfocarme más en los adventistas del séptimo días y su relación con las teorías de conspiración al compartir algunos pensamientos de la vida de la co-fundadora de la iglesia y profetisa Elena de White.
La primera cosa que debe ser indicada es que Elena de White en realidad nunca habló de teorías de conspiración. Las teorías de conspiración, aunque abundaban en su tiempo, no estaban tan esparcidas como hoy en día. Sin embargo, ella ciertamente vivió en un tiempo en la indulgencia en las teorías de conspiración estaba aumentando. Los masones ya estaban actuando y extrañas historias acerca de sus planes, poder y control político se estaba esparciendo. En un artículo publicado en Publiceye.org, titulado “La conpiración Iluminati masona”, el autor declara que “la idea de una gran conspiración masónica se originó a fines del siglo XVIII y floreció en los EEUU a lo largo del siglo XIX”.[1] No obstante, Elena de White nunca se involucró con estas teorías.
Por ejemplo, los iluminatis fueron fundados en 1776, apenas cincuenta años antes de que Elena de White naciera. Si conocer acerca de los iluminatis y sus planes ocultos fuera necesario, aparentemente Dios no le pareció apropiado decirle a Elena de White algo al respecto. En todos sus escritos no hay ni siquiera una sola palabra dedicada a los iluminatis. Los masones aparecieron a fines del siglo XVI o principios del XVII. En el tiempo de Elena de White, las conspiraciones sobre los masones abundaban. Pero los escritos de Elena de White nunca mencionan estas teorías de conspiración.
Elena de White si habló acerca de los masones. No obstante, al tratar con los masones, es importante notar que ella dijo y lo que ella no dijo. Elena de White, bajo la dirección de Dios, aconsejo a los cristianos a evitar las sociedades masónicas por razones obvias. Ella incluso trabajó personalmente con un adventista que estaba involucrado en una fraternidad, y Dios le dio un conocimiento especial de sus secretos para impresionar la mente de este hombre, y convencerlo de que Él estaba hablando a través de su mensajera. Sin embargo, Elena de White no solo se abstuvo de hablar acerca de “planes secretos” de los masones, sino que los motivos por los cuales aconsejo apartarse de la fraternidad eran prácticos y no incluían ninguna teoría de conspiración.
Hasta ahora hemos visto que Elena de White, aunque ciertamente tuvo oportunidades de hacerlo, nunca habló de teorías de conspiración. Esto, por sí mismo, debería hacer que quienes valoramos su ejemplo profético pero que aún estamos fascinados por estas teorías, nos preguntemos si realmente no sean una pérdida de tiempo. Sin embargo, me gustaría apuntar a algunas citas de Elena de White (con comentarios personas entre paréntesis) que nos darán principios a tener en cuenta cuando tratemos con este asunto.
“Necesitamos mucho menos discusiones (una característica de las teorías de conspiración), y mucha más presentación de Cristo. Nuestro Redentor es el centro de toda nuestra fe y esperanza.” (El Evangelismo, p. 130)“Nuestra obra no consiste en atacar al gobierno sino en preparar a un pueblo que pueda estar en pie en el gran día del Señor. Cuantos menos ataques hagamos contra las autoridades, tanto más haremos la obra por Dios... (las teorías de conspiración hacen exactamente esto) Haced todo lo que esté a vuestro alcance para reflejar la luz, pero no habléis palabras que irriten o provoquen.” (El Evangelismo, p. 130-131)“Debéis tener en cuenta una clara comprensión del Evangelio. La vida religiosa no es sombría ni triste, sino llena de paz y gozo y rodeada de una dignidad como la de Cristo y de una santa solemnidad. (Quienes están fascinados con las teorías de conspiración a menudo son un ejemplo de una versión sombría y paranoica del cristianismo, y no la paz y gozo de Cristo) Nuestro Salvador no nos estimula a que abriguemos dudas, temores y presentimientos perturbadores; estos sentimientos no proporcionan alivio al alma, y por lo tanto deberían ser rechazados, y de ninguna manera encomiados. (Las teorías de conspiración alimentan las dudas, los miedos y los presentimientos perturbadores. En vez de alimentar estas cosas, deberíamos amonestarlas o ignorarlas) Podemos disfrutar de un gozo inefable y estar llenos de gloria. Pongamos de lado nuestra indolencia y estudiemos con más constancia la Palabra de Dios. Si alguna vez hemos necesitado la compañía del Espíritu Santo, si alguna vez hemos necesitado predicar con el poder del Espíritu, es ahora mismo.” (El Evangelismo, p. 135)“Se me ha mostrado que el enemigo se propone apartar las mentes hacia algún punto oscuro o sin importancia, hacia algo que no ha sido plenamente revelado o que no es esencial para la salvación (las teorías de conspiración encajan perfectamente en esta descripción. Esto se convierte en el tema absorbente de la “verdad presente”, cuando todas las investigaciones y suposiciones consiguen únicamente oscurecer más el asunto y confundir las mentes de algunas personas que debían procurar obtener la unidad mediante la santificación de la verdad.” (El Evangelismo, p. 137)
“Un obrero noble, devoto y espiritual, verá en las grandes verdades decisivas que forman el solemne mensaje que debe ser dado al mundo, suficiente razón para ocultar todas las diferencias menores más bien que ponerlas sobre el tapete para que sean objeto de contención. Espáciese la mente en la gran obra de la redención, la pronta venida de Cristo y los mandamientos de Dios; y se encontrará que hay suficiente alimento para el pensamiento en estos temas como para ocupar toda la atención. (Si pasáramos más tiempos llegando a conocer a Jesús, no tendríamos tiempo para especulaciones. Quienes creen en teorías de conspiración a menudo tienen un conocimiento profundo de muchas, pero carecen de la gracia de Jesús. En vez de atraer a quienes están a su alrededor, los repelen)” (El Evangelismo, p. 137-138)
“Satanás se goza cuando engrandecemos su poder (De esto es lo que hablan las teorías de conspiración). ¿Por qué no hablamos de Jesús? ¿Por qué no magnificamos su poder y su amor?” (El Deseado de Todas las Gentes, p. 455).
Aunque estas declaraciones tal vez no traten directamente con el tema de las teorías de la conspiración, No veo cómo alguien puede involucrarse en estas teorías sin violar los principios que estos textos defienden. Con esto en mente, es claro que Elena de White no veía que las teorías de conspiración fueran un elemento necesario para prepararnos para los últimos días.
Sin embargo, Elena de White no es nuestro ejemplo, Jesucristo lo es. En Jesús encontramos nuestro plan de vida, uno que se enfocó en la misericordia, el amor y la empatía para quienes sufrían. Él nunca desperdició su tiempo involucrándose en temas infértiles como las historias de conspiración. Elena de White escribió:
“Millones y millones de seres humanos, sumidos en el dolor, la ignorancia y el pecado, no han oído hablar siquiera del amor de Cristo. Si nuestra situación fuera la suya, ¿qué quisiéramos que ellos hicieran por nosotros? Todo esto, en cuanto dependa de nosotros, hemos de hacerlo por ellos. La regla de la vida cristiana conforme a la cual seremos juzgados un día es ésta: “Todas las cosas que quisierais que los hombres hiciesen con vosotros, así también haced vosotros con ellos.” Mateo 7:12.” (El Ministerio de la Curación, pp. 71-72)
A modo de conclusión, quiero preguntar: ¿Qué quisieras que un cristiano hiciera por ti si estuvieras perdido? ¿Te gustaría que compartan contigo que tu remera tiene símbolos masónicos? ¿Te gustaría que te den un DVD que muestra como el atentado del 11 de septiembre fue un complot del gobierno? ¿O que te digan que la música que escuchas tiene mensajes satánicos si la escuchas al revés? ¿O quisieras que te digan que Jesús te ama y murió en tu lugar para que puedas ser salvo? ¿Qué quisieras que te digan? Cuando tu corazón está roto, cuando estás endeudado o en bancarrota, cuando tu matrimonio está fracasando, cuando la culpa te está aplastando, ¿qué quisieras que te digan? No sé que es lo que tu quisieras, pero yo quiero escuchar que hay un Salvador que “considera con infinita ternura las almas que compró con su propia sangre. Son la adquisición de su amor. Las mira con anhelo indecible.” (El Deseado de Todas las Gentes, p. 476)
Quiero que sepas que hay alguien cuyo nombre es Jesús que puede salvar incluso a las peores personas. Cuando mi corazón está roto, ¡Háblame de su amor! Cuando el pecado te ha atrapado con cadenas de hierro, ¡Háblame de su poder! Cuando estoy perdido, sin ningún lugar a donde ir, ¡Háblame de Aquel que puede calmar los mares, darle vista a los ciegos, hacer caminas a los paralíticos! Dime, ¡Dios te ama, Marcos, con un amor tan fuerte que nunca te dejará solo, tú no estás solo!
Adventistas del séptimo día, les ruego, ¡hablen de Jesús! Hablen de su amor. Hablen de su gracia. Hablen de su poder. Cuenten de su pronto regreso. Hablen de cómo Él anhela estar con nosotros. Hablen de cómo ÉL puede salvar al peor de los pecadores. Dejen que Él sea el tema de nuestras conversaciones y canciones. Dejen que Jesús esté en cada aliento que exhales. Si tú y yo hacemos esto, si escogemos diariamente elevarlo, no estaremos cometiendo un error. Nunca.
Por
Marcos Torres
Fuente: http://www.thehaystack.org/single-post/2016/08/12/Ellen-White-and-Conspiracy-Narratives
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