I. INTRODUCCIÓN
La
Iglesia Adventista del Séptimo día, es un pueblo que ha ido creciendo en todo
el mundo, llegando a ser una gran familia con una importante presencia en cada
continente. Su crecimiento, desde sus orígenes en 1844, ha llamado la atención,
a la misma organización como a terceros. Es de preguntarse, ¿Qué fue lo que
hizo a esta iglesia un gran pueblo? Entre tantas otras existentes, ¿tiene algo
especial que la diferencie?
Desde
sus mismos orígenes, mantuvieron una identidad distinguida por varias
características, entre ellas tenemos: el ser un grupo identificado con
convicciones claras y definidas.
Al
parecer, en el actual mundo globalizado, la iglesia ha ido perdiendo consistencia,
ya que se ha visto fuertemente influenciada por las grandes corrientes sociales
que van direccionando al mundo en general. La Iglesia Adventista como también
muchas otras, están sufriendo las consecuencias de un natural desgaste de
imagen, ya sea por descuido interno o por haber dejado permearse en sus líneas,
la cultura secular. Ante esta realidad es bueno preguntarse ¿Cuán afectada o
influenciada estará la Iglesia Remanente? ¿Qué soluciones podrían darse y
aplicarse para re direccionarla? ¿Quiénes son los llamados a protagonizar
dichas acciones históricas?
Este
artículo se ha basado en sus principales ideas, al artículo del Dr. Alberto R.
Timm, publicado en la revista Adventista (Julio-2003), con el título ¿Podemos ser considerados aún “el pueblo de
la Biblia”?, pero ofrecemos una singular aplicación a la realidad de la
iglesia en el Perú. Este pequeño aporte intenta, recordar los orígenes de la
iglesia adventista, con sus características hasta 1980, detectar los cambios que
ha tenido a través del tiempo (hasta 2007)[1],
y concluiremos con un intento por llamar a la restauración o redirección de
este pueblo prometedor.
II.
ENFASIS
BIBLICO-DOCTRINAL (1844-1980)
A.
Orígenes bíblicos
Los pioneros del adventismo, Guillermo
Miller, Jaime White, José Bates,
Esteban Pierce, Hiram Edson, entre otros; fueron reconocidos por un marcado
énfasis en su estudio profundo de la Biblia. No daban lugar a las dudas en los
temas que investigaban y lo hacían hasta hallar plena satisfacción o respuesta
a sus estudios; como es el caso de Guillermo Miller que en 1816 empezó sus
estudios desde el Génesis 1:1, sin pasar un texto y sin tener la plena
seguridad de haberlo comprendido satisfactoriamente.
Sus temas predilectos de estudio
eran las profecías relacionadas a la segunda venida de Cristo, los santos
mandamientos de Dios y el sábado como día de reposo entre otros. En este
sentido de tal forma de escudriñamiento Elena de White escribió: “Me reunía con
ellos [Jaime White, José Bates, Esteban Pierce, Hiram Edson y otros], y
estudiábamos y orábamos fervientemente. Con frecuencia permanecíamos juntos
hasta tarde en la noche, y a veces pasábamos toda la noche orando en procura de
luz y estudiando la Palabra. Vez tras vez, esos hermanos se reunían para estudiar
la Biblia a fin de que pudieran conocer su significado y estuvieran preparados
para enseñarla con poder”.[2]
B.
Respeto de otros religiosos
Eran reconocidos en su tiempo,
como el “Pueblo de la Biblia”, por las demás comunidades religiosas. Tal
respeto se puso de manifiesto cuando le preguntaron a J. N. Anrews, por cuanto
de la Biblia se sabía de memoria, a lo que él respondió con humildad: “No me
atrevería a afirmar que podría repetir todo el Antiguo Testamento, pero tengo
la certeza de que si se perdiera el Nuevo Testamento, yo lo podría reproducir
palabra por palabra”.[3]
C.
Identificación con la iglesia
J. N. Andrews fue uno de los más importantes
expositores y defensores de las doctrinas Bíblicas adventistas. Así, cada uno
de los pioneros del adventismo guardaba la característica de ser unos
apasionados por las Escrituras, y además le daban una identidad personal a su
iglesia, que les hacía mostrar tal amor que mostró Cristo por su iglesia cuando
estuvo en esta tierra.
Las ponencias y los sermones ya eran en sí
mismos un gran atractivo para los oyentes; su calidad y profundidad de sus
enseñanzas, como de sus prédicas hacían de sus servicios, una fuerte razón para
ser adventista convencido y firme en la fe.
También es de considerar la calidad de
programas de instrucción bíblica, especialmente destacándose en ello, los
programas de sociedad de jóvenes y sus estudios bíblicos. Cada servicio y su
predicación eran el foco de atractivo de los oyentes, La gente iba a la iglesia
a causa de la predicación.
D.
Concepto de apostasía
La feligresía adventista, vivía una identidad
plena con su iglesia, de manera que su firmeza los hacía casi inamovible de su
congregación. Las apostasías existentes en ese tiempo, se daban a cusa de
resentimientos o problemas personales, pero jamás por duda de la doctrina, o
por haber encontrado mejor luz en otra denominación. De tal modo que si un
hermano apostataba de la fe, podía quedar en su casa haciendo cualquier tipo de
culto, pero de ninguna manera se iban a reunir o menos se asociaban con otros
grupos religiosos. De esto, los adventistas podían hasta jactarse.
E.
Evidencias del conocimiento bíblico
Las discusiones de estudio que libraban, las
exposiciones de los mismos estudios, eran la consecuencia de profundos y largas
horas de estudio de la Biblia con oración. Existía en ellos una innata necesidad
de estudiar y este espíritu de discernimiento se contagiaba y heredaba como
mejor legado entre los miembros y las generaciones.
En los programas de iglesia, se practicaba el
“año bíblico”, lo que permitía un constante interés por estudiar y permanecer
diestros en el manejo de la Biblia. Así memorizaban gran cantidad de textos
bíblicos y ganaban concursos bíblicos nacionales e internacionales.
III.
ENFASIS
BIBLICO-RELACIONAL (1981-2007)
A. Relacionamiento
Esta
es una nueva etapa por la que atravesó la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Su interés e identidad por su estudio doctrinal, se fue perdiendo gradualmente
casi sin percibirlo. Se había iniciado una etapa en el que se enfatizaba una
experiencia bíblica relacional con Cristo. Es decir, el interés por la
profundidad bíblica había sido reemplazado por un estudio bíblico, apenas con
el interés de buscar una relación existencialista con Cristo.
El
gran error de esa filosofía existencialista, radicó en el hecho de privilegiar
con suma importancia la relación con Cristo (que en sí no sería el problema), y
a cambio dejar de incidir (restándole importancia), en el estudio concienzudo y
diligente de la Biblia. El uso de la razón había empezado a ser reemplazado por
un sentimiento en el corazón, representado por un existencialismo subjetivo.
B. Instrumentos para
el cambio en la IASD
En esta experiencia peligrosa, y
poco percibida de este modo, encontramos dos personalidades que se destacan en
el logro marcado de este tipo de “Relacionamiento”. El Pr. Morris L. Venden,
con la publicación de sus obras, promotoras y llenas de este contenido
relacional; le ha dado una contribución a las bases filosóficas religiosas de
Conocer a Jesús, como principio para amarlo y entrar en relación con Él.
“… La relación con Jesús
involucra un compromiso total. Involucra darnos a nosotros mismos con la
posibilidad de incluso llegar a ser vencedores separados de él. Involucra
resolver continuar buscando a Jesús día a día, hasta que venga otra vez, no
importa que suceda con nuestra vida mientras tanto. Involucra llegar a estar
absolutamente sujetos al único principio que Dios estableció como prioridad en
su día !ya sea que alguna vez consigamos ir al cielo o no¡ ”[4]
El problema no es la relación con
Jesús, el problema es haber dejado la Biblia y la doctrina por la relación con
Jesús. En mucho, como veremos mas adelante, terminó por afectar en lugar de
ayudar, como se evidencia en el contenido de sus obras principales: Ama a Dios y haz lo que quieras, Fe en
acción (meditaciones
matinales para 1981), Cómo conocer a Dios
(1987), 95 tesis acerca de la
justificación por la fe (1988).
Otro instrumento sin percibirlo,
fueron las predicas del Pr. Alejandro Bullón P., quien basó sus mensajes en los
escritos del Pr. M. Venden, como por ejemplo las tesis acerca del
relacionamiento.[5] El
también escribió algunos libros con el mismo perfil relacional, como por
ejemplo: Jesús, tú eres mi vida (1993), La
solución para la crisis existencial (en portugués 1988, en castellano 1993)
y Conocer a Jesús es todo (en
portugués 1988, en castellano 1996).
Desde
aquí en adelante la hermandad que vivía una fe de puro formalismo doctrinal,
comenzó una experiencia de encuentro genuino en Cristo.
Personalmente, no veo esta
contribución relacional como negativa o nociva para los intereses salvíficos,
mas bien pienso que es complementaria. La gran dificultad que se convirtió en la
piedra en el zapato para la misma iglesia, fue, el hecho de haber sido llevados
libremente y con inocencia, del extremo teórico doctrinal, al otro extremo
puramente relacional, dejando la doctrina y su implicancia.
C.
Influencias – características en la IASD[6]
a) Conocimiento
superficial de las Escrituras
En esta etapa, sobresale la característica de
una indiferencia al estudio serio de la biblia. Indiferencia también, en el
cuerpo pastoral, al no dar cursos de doctrina a la hermandad, ausencia de un
programa detallado u sistemático de sermones doctrinales a lo largo del año.
b)
Del extremo del formalismo doctrinal, al
existencialismo subjetivo
Se vivió un tipo de
legalismo concerniente a la teoría doctrinal, percibiéndose la falta de un
sentimiento cristiano en el corazón que acompañe a la experiencia integral. El
fenómeno del péndulo, nos llevó al extremo opuesto, sin conseguir el sabio
equilibrio para nuestra vida como miembro y organización completa.
c)
Postura anti doctrinal
Al parecer, la
hermandad ha desarrollado una indiferencia a las doctrinas, considerándolas
como de poco valor o utilidad, para la vida cristiana. Una postura anti
doctrinal que se manifiesta en el desconocimiento y prácticas vivenciales, que
desdicen, de los principios propios adventistas.
d)
Pérdida de la conciencia profético doctrinal
Cuando algunas veces he preguntado a mis
iglesias ¿desde hace que tiempo no ha recibido usted un mensaje doctrinal
distintivo o profético? La respuesta es siempre, hace tanto que ya ni
recordamos. La mayoría ni siquiera lo cree necesario. Desconocen su historia,
su origen profético como pueblo y por consiguiente, su misión. El compromiso
casi es nulo.
e)
Sermones y estudios bíblicos
superficiales
Los predicadores,
incluyendo a los pastores, ya no predican sermones que salgan dl mismo texto,
son mas bien una presentación de experiencias propias o testimonios
justificados con pasajes escogidos. En el mejor de los casos, un sermón
temático (basado en textos afines consultando a la concordancia). De los
estudios bíblicos, ni que decir; cada vez series más cortas y con pocos textos
para leer, como que armonicen con las series cortas de campañas evangelísticas
de cosecha. Estamos pretendiendo madurar las almas artificialmente rápidas.
f)
Bautismos sin preparación doctrinal
Los bautismos como consecuencia, se han convertido
en un fin para competir entre pastores e iglesias a su vez. A esto han
favorecido las campañas de cosecha fugaces y sin un plan de contingencia que
permita afirmarlos en la fe. Sobre todo, al tener urgencia de continuar con
nuevas campañas, que forman un plan anual, del que se tendría que informar
prontamente.
g)
Efectos de los blancos como fin
Sin percibirlo concienzudamente, la iglesia
ha sido llevada a un gran error, es decir buscar alcanzar los blancos mas que
como motivación, sino como un instrumento de competitividad. Por los años 80,
eran muy bien reconocidos, elogiados públicamente los pastores que llegaban a
bautizar 100 almas en un solo año, se les acuñó el apelativo de “centuriones”,
y hasta eran promovidos a responsabilidades mayores. Hoy, 1000 almas, sería el
equivalente.
Había iniciado la era del bautismo llamado
“lavado rápido”. En mi vida pastoral ya escuché decir: “Todo lo que se mueve y
respira, se puede bautizar”,[7]
haciendo alusión al pasaje (Gén. 1:30; Sal 150:6) pero en una aplicación
impropia y muy sugerente.
Hasta los altos niveles de administración
evidenciaron esta característica, ya que en los informes adelantaban el número
de real bautizados, haciendo que los pastores ya no adeuden dinero, sino en una
nueva moda, adeudar almas para el siguiente informe.
h)
Mayor Bautismos o mayor conservación activa
En realidad, se había descuidado el verdadero
interés de tener miembros que permanezcan en la iglesia luego de su bautismo.
Se han llenado las iglesias de “miembros fantasmas”, o de quienes no son
activos comprometidos con la misión. Un bajo porcentaje de ellos son realmente
activos en la iglesia, cuesta mucho
esfuerzo conservarlos en el rebaño y hacerlos
discípulos.
i)
Apóstatas, sin diferencia, en otras denominaciones
Muchos de ellos salen a unirse a movimientos
disidentes, como consecuencia de haber encontrado allí respuestas a sus
necesidades de alimento sólido y consistente. Dicen: “Aquí me enseñan
profecías, esta es la verdad”. Son engañados y atrapados y no se dan cuenta.
Como iglesia no se hizo mucho por subsanarla.
j)
IASD considerada como una mas (no doctrina ni profecía)
Muchos de los que han apostatado de la fe,
ven la iglesia hoy como una mas de entre las que circundan en el medio, si tan
solo se llaman cristianas, entonces pueden estar en cualquier iglesia. Como no
perciben la diferencia doctrinal, no se sienten culpables de haber cambiado de
iglesia, además su bautismo les es aceptado donde van.
k)
Programas de Jóvenes (distracción o preparación)
Los programas de jóvenes han perdido su
sentido original de estudio serio de la biblia. Se han convertido en espacios
de entretenimiento, concursos distrayentes o momentos para sociabilizar. En
consecuencia no solo se ha perdido la seriedad de sus programas, sino que su
baja calidad ha ahuyentado a los miembros. Existen “adventistas del séptimo
medio día”.
l)
Estudios bíblicos considerados obsoletos
Indirectamente se dice que los cursos
bíblicos son obsoletos, al ser reemplazados por series de estudios más cortos. Al
ser adaptados para jóvenes, niños de diferentes edades e incluso para
ancianitos; son rebajados en calidad y período de duración. El actualizarlos
los ha hecho menos consistentes.
IV.
RESTAURACIÓN
DOCTRINAL-RELACIONAL (2008- )
A.
La IASD como blanco de ataques
En estos días de modernidad y globalización
mundial, la Iglesia Adventista Del Séptimo Día, a su vez de disfrutar de los
avances que aporta la tecnología, (como la publicación masiva de Libros,
revistas, programas televisivos o radiales o el mismo internet), somos también,
el blanco de ataque desde estos mismos frentes. El peligro además es que estas
fuentes de información son de repercusión masiva y cada vez más al alcance de
las personas. Los que se afectarán primero, serán los hermanos carentes de
cimiento doctrinal. Ahora, que nos encontramos mas cerca que antes del
encuentro con nuestro Salvador, nos encontramos en la necesidad de estar
preparados como pueblo para ese momento esperado.
B.
En busca del equilibrio (relacionamiento-doctrinas)
a)
Iglesia “vacunada” con la doctrina distintiva
Desde aquí planteamos un retorno a
nuestros orígenes, haciendo un llamado a los miembros y cuerpo pastoral, a dar
la instrucción adecuada en la doctrina y profecías. Que la iglesia conozca por
si misma el tiempo en que está viviendo. De la misma forma como para prevenir
una epidemia física, se debe prevenir con la aplicación de una vacuna que nos
proteja; de este modo, necesitamos una vacuna espiritual que nos proteja de la
enfermedad y la muerte eterna. Personalmente, veo aquí una sombra de lo que
pudo haber significado para los israelitas, la mancha de sangre en el dintel de
sus puertas, la noche de su liberación de Egipto, que los protegió de la muerte
segura (Exo. 12). O como el sello de protección en sus frentes (mente,
convicción), que recibirá el pueblo de Dios antes que sean soltados los cuatro
vientos (de doctrina), de los cuatro
ángulos de la tierra, según Apoc 7:1-8. ¿Será esta la ocasión para aplicar el
significado de esta profecía? ¿Seremos nosotros los responsables, cual ángeles
apocalípticos, de sellar en sus frentes (mentes convencidas) la protección
contra los ataques del enemigo de Dios?
b)
Sermones consistentes y sin timidez
Por lo tanto, nuestros sermones deben
ser consistentes, haciendo necesario el estudio serio para la preparación de un
alimento sólido. Que al exponerlos lo hagamos con la convicción y firmeza,
fruto propio de haberlo hecho nuestro, primeramente, el mensaje. No como otros
religiosos, quienes predican su doctrina errada como si fuese verdad; y
nosotros teniendo la verdad la hemos predicado como si no estuviésemos seguros.
c)
Catecúmenos preparados debidamente
Los nuevos miembros al ser traídos a la iglesia
para ser bautizados, deben haber pasado por todos los filtros bíblicos, pero cuidando
de convertirnos en legalistas (el otro extremo). Por lo menos asegurémonos de
ver que hayan recibido instrucción básica completa (que guarden los
mandamientos y el sábado, que asuman su compromiso de ser sostenedores de la
obra, consientes de un nuevo estilo de vida cristiana, que acepten el don
profético en la IASD), o sea, que acepten las 28 creencias fundamentales, y que
empiecen una experiencia de discipulado. Lo mejor sería que pidan ellos mismos
su bautismo, siendo ayudado por sus guiadores que los sostendrán
posteriormente.
d)
Pastores leales con la Palabra y la iglesia
La iglesia de Cristo espera de sus pastores,
hombres sencillos pero comprometidos con su deber, que no les tiemble la mano
cuando deben darle al pecado el nombre que le corresponde. Sin embargo, ante
todo compromiso, debe resaltar a la distancia, la firme convicción del llamado
que nos fue dado. Esta convicción debe ser manifestada en una ética y tacto muy
finos, como para ser LEALES[8]
a Dios, su Palabra y a su Iglesia. Dios espera siervos apasionados en la labor
de ganar almas para su reino, que su reconocimiento esté en los cielos en el
día final. Que se vea manifestado en la aprobación de nuestros administradores,
y de los miembros de nuestras iglesias, cuando se sufre al ser trasladados de
lugar de servicio. Parte de la vida queda y va con cada uno, cuando se ha
entregado de verdad.
“Se
necesitan pastores que, bajo la dirección del Príncipe de los pastores, busquen
a los perdidos y extraviados. Esto
significa soportar molestias físicas y sacrificar la comodidad. Significa una tierna solicitud para con los
que yerran, una compasión y tolerancia divinas.
Significa tener un oído que pueda escuchar con simpatía lamentables
relatos de yerros, degradación, desesperación y miseria.
El
espíritu del verdadero pastor consiste en el olvido de si mismo. El pierde de vista el yo a fin de hacer las
obras de Dios. Por la predicación de la
palabra y por el ministerio personal en los hogares de la gente, aprende a
conocer sus necesidades, sus tristezas, sus pruebas; y, cooperando con Cristo,
el gran Aliviador de las cargas de los hombres, comparte sus aflicciones,,
consuela sus angustias, alivia el hambre de su alma y gana sus corazones para
Dios. En esta obra el predicador es
ayudado por los ángeles celestiales, y recibe instrucción e ilustración en la
verdad que hace sabio para salvación.”[9]
V.
CONCLUSIONES
El tiempo llega cuando el señor del rebaño preguntará:
¿dónde está el rebaño que te di a cuidar? ¿De qué modo lo preparaste? ¿Nos
considerará el Señor como el “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido
fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor” (Mat. 25:21; Luc.
19:17)”.
Nuestra misión no es ninguna otra cosa, sino,
el deber de preparar un pueblo para su encuentro con su Salvador. El resto de
deberes son buenos, necesarios, pero no son la prioridad por donde se debiera
empezar.
Ante el desafío de amenazas,
profetizadas, de engaños y de falsos maestros (Efe. 4:14; 2 Tim. 4:3,4),
contribuyamos a cuidar el rebaño del Señor, mas aún conociendo el tiempo y las
sazones en que estamos viviendo.
“Muchos acabarán dejando la fe
adventista por no haber construido su religión sobre el fundamento inamovible
de la Palabra de Dios (ver Mat. 7:24-27; Isa. 40:8; Juan 17:17).”[10]
Pr. Ever Rojas Hurtado
Universidad Peruana Unión
[1] Se precisa esta fecha, año 2007, debido a que fue en ese año en que un
grupo de pastores habiendo recibido mayor entendimiento en relación a la necesidad
de un cambio generacional; se ha comprometido por lealtad a Dios, su conciencia
y la iglesia; iniciar como protagonistas, ese cambio equilibrado y cristiano
desde sus humildes posiciones al que hemos sido llamados.
[2] Elena G. de White, Mensajes selectos (Mountain View: PI,
1966), t. 1, p. 241.
[3] J. O. Corliss, “The Experiences of Former Days – Nº 8”, Advent Review and Sabbath Herald (15 de
septiembre de 1904), p. 9.
[4] Morris
L. Venden, Nunca sin un intercesor,
(Argentina: ACES, 1998), pp. 39-40.
[5] La
Tesis 48 “LA RELACIÓN”, La vida
devocional del cristiano no es un asunto opcional. La relación con Dios es el
fundamento mismo de la vida cristiana progresiva. La Tesis 50 “LA RELACIÓN”, La
sola lectura de la Biblia y la oración no son garantía de una relación genuina
con Dios; pero si no se las practica, dicha relación no se producirá. Tesis 54
“LA RELACIÓN”, Cualquier persona que se desanima en su relación a causa de su
conducta, es un legalista. Morris L. Venden, 95 tesis acerca de la justificación por la fe, (Florida: Asociación
Publicadora Interamericana, 1988), p.160.
[6] En la latitud sudamericana, o mas propiamente peruana.
[7]Muchas de las referencias aludidas, como frases o declaraciones, son el
fruto de mis conversaciones con colegas pastores o con los miembros de iglesia,
con quienes tengo el privilegio de compartir mi vida por un espacio de quince
años, y de los que tuve también, como laico al haber nacido en tercera
generación dentro de la iglesia de Dios.
[8] Elena G. de White, La Educación,
(Buenos Aires: Aces, ), p. 58.
[9]Elena G. de White, Obreros
Evangélicos, (Buenos Aires: ACES,), p. 193. CD, Biblioteca Fundamentos de la Esperanza.
[10] Alberto Timm, ¿Podemos ser
considerados aún “el pueblo de la Biblia”?, Artículo Revista Adventista
Julio de 2003, (Buenos Aires: Aces, 2003), p. 11.
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