Cuando ya crees que has visto todo y que nada te va a sorprender ocurre algo que te saca de ese lugar de confort. La noticia viene de Brasil, el país latinoamericano con mayor índice de evangélicos en Latinoamérica y con el número más grande de iglesias protestantes.
La publicación cristiana Revista Salvador ha sido la que ha lanzado la noticia. Los organizadores de películas de “porno cristiano” sugieren que mostrarán pornografía para parejas cristianas enfocadas en la educación sexual del pueblo cristiano. ¿Alguien en su sano juicio creerá eso?
Para diferenciarse de la industria pornográfica secular, los productores de películas de “porno cristiano” han establecido algunas reglas básicas, que según ellos, regularía la industria en el ámbito religioso y le daría un matiz moral:
- Las parejas que participen en sexo explícito deben estar casadas fuera del set filmográfico y en la pantalla también. En otras palabras, sostienen que estando casadas, el vínculo sexual se hace lícito y el mostrarlo es sólo con fines “educativos”.
- Se supone que todo el ambiente donde se desarrolle la trama debe ser cristiano, incluyendo los “valores” que se transmitan y las conversaciones que se realicen. Eso implica, según los realizadores, que las parejas deben dirigirse entre ellos siempre con respeto y sin violencia (cuestión común en el cine pornográfico).
- No se mostrarán escenas sexuales de parejas no casadas, a menos, claro, que la pareja esté en adulterio, en ese caso se ilustraría la situación (tengo la impresión que es lo que va a abundar). Además, todos los adúlteros en la película deberán ser sancionados o mostrar en el argumento el total desacuerdo con esa conducta.
Promiscuidad con otro nombre
El gran problema de este cine, es que está promoviendo la pornografía, pero con un tinte “cristiano”, racionalizando lo que está mal simplemente porque en escena aparecerán episodios religiosos y los protagonistas manifestarán su fe en algún credo.
Creo que Dios debería pedirles disculpas a los habitantes de Sodoma y Gomorra ante este tipo de situaciones. Lo pecaminoso racionalizado para ser convertido en lo que siempre ha sido la pornografía, una forma de exacerbar la sexualidad convirtiéndola en un fin en sí misma y perdiendo de paso otros valores básicos como el amor, el compromiso, la amistad, el encuentro de dos vidas, la no cosificación del otro, el respeto, etc.
El problema es que muchas parejas “cristianas” que están viviendo vidas secularizadas, sólo porque algo tenga el rótulo de “cristiano” cederán y racionalizarán para ser motivados a consumir un producto que tiene como único fin enriquecer a personas que han visto en el mundo cristiano una veta para ganar dinero. Con el aumento de los cristianos evangélicos, grandes corporaciones comerciales ven como fuente de ganancias a un segmento de la población que a menudo fue olvidado.
¿Instructivo?
Los realizadores de estas películas señalan que el fin es “instructivo”, es decir, mostrar en escena sexo explícito con el fin de enseñar a otras parejas las mejores formas de obtener placer sexual y de garantizar que la relación sea positiva.
Según los productores del cine de pornografía “cristiana”, las películas que producirán: “Deben educar a los esposos creyentes en la manera de obtener mayor placer sexual, intimidad y acercamiento en sus relaciones. Esto se logra dramatizando varias técnicas sexuales y posiciones que las parejas pueden aprender a incorporar a sus rutinas amorosas. En pantalla los actores deberán mostrar técnicas correctas y actitudes sexuales apropiadas, siendo respetuosos y tratando al cuerpo de su compañero como el regalo de dios que es”.
Lo que olvidan estos realizadores es que cada pareja es única, que la vida sexual se construye en un proceso que lleva tiempo y que mostrar sexualidad explícita, en muchos sentidos, degrada el vínculo sexual a mera animalidad.
Para los que proponen estas películas, la pornografía cristiana debe sustentarse en valores como la fe, el respeto familiar, familias construidas sobre valores cristianos, en otras palabras, montar todas las escenas sobre un “manto” de legalidad cristiana, para de ese modo, hacerlo acepto a quienes lo contemplarán.
Preguntas de fondo
¿Es lícito que los cristianos vean pornografía? ¿Es correcto que la realicen? ¿Que la produzcan y que la filmen? ¿Puede existir un estilo de cine para mayores que siga los principios cristianos y que sea fiel al mensaje bíblico?
Evidentemente los que están promoviendo el “porno góspel” creen que sí. ¿Cuánto de este movimiento obedece a una convicción real de la sexualidad sana o a una cuestión netamente de negocios apuntando a un segmento de la población comercialmente interesante?
¿El que una persona esté casada, valida la pornografía? El que se rechace prácticas contrarias a la concepción bíblica, ¿hace lícita la pornografía? El que un actor manifieste ser cristiano ¿hace lícito el sexo explícito y la pornografía? El que aparezcan en escena orando, leyendo la Biblia ¿hace que la pornografía se cubra con un manto de legalidad?
Me parece que simplemente es una forma astuta para seguir promoviendo la pornografía, en este caso, apelando a otro público para aumentar las ganancias.
Las palabras de Isaías cobran vida nuevamente:
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
VÍA: AL PASAR LAS HORAS
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