En el sentido
profano para
ella, en el Antiguo y Nuevo Testamento, la alegría es un bien como la vida y la
salud, mientras que su contrario, la tristeza, es un mal como la
enfermedad. (Prov. 17: 22) El corazón
alegre.
Para el médico Lucas la tristeza
entumece hasta los sentidos provocando el sueño (Lucas 22:45), y según el
apóstol Juan amortece la curiosidad del hombre por el saber (Juan 16: 5 y 6).
El gozo es
natural al hombre y a la mujer en los acontecimientos agradables, tales como la
victoria, la cosecha, las bodas, el nacimiento de un hijo.
En el Antiguo Testamento era proverbial
el regocijo de las victorias y fiestas patrióticas, siempre llenas de intenso
fervor religioso, al ser atribuidas al Dios de Israel al ser prescritas por Él.
Éxodo 12: 14 – “Este día os será memorable, y lo
celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por
estatuto perpetuo lo celebraréis”.
Deuteronomio 16: 14 y 15 – Te alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva,
y el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tus
poblaciones.
Durante siete días celebrarás la fiesta
solemne en honor de Jehová, tu
Dios, en el lugar que Jehová escoja, porque te habrá bendecido Jehová, tu Dios,
en todos tus frutos y en todas las obras de tus manos, y
estarás verdaderamente alegre.
Insistimos que la alegría es de
carácter sagrado.
1. Antiguo
Testamento
La fuente
inagotable de donde brota es siempre Dios, Su ley, Su templo, Su bondad y
protección; sería preciso transcribir todos los salmos para comprobar cómo no
hay otra alegría verdadera que la del justo....precisamente porque está unido
con Dios con el afecto del corazón y la guarda de los mandamientos. Dios es
siempre quien, con su perdón y misericordia hace florecer “el gozo, la alegría
y el regocijo”, en el corazón del justo o del pecador arrepentido.
Salmo 51: 10 – “ ¡Crea en mí, Dios, un
corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí!
Merece consideración especial la
alegría que alumbra la mirada de los profetas y tensa su voz cuando describen
el glorioso futuro de su pueblo. Y en la visión de la vuelta del destierro los
anima íntimamente.
En Jeremías predomina la nota de intimidad:
“Vino palabra de Jehová a Jeremías.....los limpiaré de toda su maldad,....y
perdonaré todas sus iniquidades....esta ciudad me será por nombre de gozo, de
alabanza y de gloria....cuando oigan todo el bien que yo les hago.....” (
Jeremías 33: 1, 8 y 9)
La última parte de Isaías describe una
alegría religiosa que transciende los sentimientos personales del individuo
para ser social y cósmica, porque repercute en la naturaleza toda: “ ¡Cantad,
cielos, alabanzas, y alégrate, tierra! Montes, prorrumpid en alabanzas, porque
Jehová ha consolado a su pueblo y de sus pobres tendrá misericordia!” (Isaías
49: 13)
“¡Cantad alabanza, alegraos juntos,
ruinas de Jerusalén, porque Jehová ha consolado a su pueblo, ha redimido a
Jerusalén!” (Isaías 52: 9)
“Ciertamente volverán los redimidos de Jehová;
volverán a Sión cantando y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas, y huirán el
dolor y el gemido”. (Isaías 51: 11)
“Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre
en las cosas que yo he creado, porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría
y a su pueblo gozo. Yo me alegraré con Jerusalén y me gozaré con mi pueblo, y
nunca más se oirán en ella voz de lloro ni voz de clamor”. (Isaías 65: 18 y 19).
2. Nuevo
Testamento
Son tres los autores que más hablan sobre
el tema alegría.
2.1 Lucas
– La esperanza
en el premio es el gran motivo y apoyo del sentimiento gozoso.
“Gozaos
en aquel día y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos....” (Lucas 6: 23)
La alegría de Lucas no es un sentimiento ficticio, fenómeno
de autosugestión, sino fruto del dinamismo real y vital del Espíritu que
provoca Jesús en sus fieles.
En Hechos 13: 52: “Y
los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo”.
2.2.
Pablo – Hombre profundamente temperamental y
usando siempre el género literario de las cartas, nada tiene de extraño el uso
abundante de los vocablos, la alegría y
tristeza en sus escritos. Nunca habla de la risa, aunque de esa manera da el
encanto de un rostro serenamente jovial.
Romanos 12: 8: “....el
que hace misericordia, con alegría.”
El apóstol no conoce para la alegría, otra fuente que no sea
Dios, ningún otro mediador que Cristo, y en nosotros produce el Espíritu.
Gálatas 5: 22: “Pero
el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza’.
Su motivo es la esperanza, Cristo
mismo, cuya compañía es lo esencial del Cielo: “Estaremos siempre con el Señor”.
La vida cristiana ve siempre la luz
serena de la alegría que no puede nublar los contratiempos y tribulaciones
cotidianas.
2.2 Juan
– Él inicia el
Nuevo Testamento y también concluye el proceso de cristianización de la alegría
que vá siempre íntimamente relacionada con la persona de Jesús. Esto aparece
principalmente en los capítulos de despedida (Juan 13 – 17); la ausencia de
Jesús es la causa de tristeza, pero Su aliento secreto, Su presencia por la fe,
la fidelidad de los discípulos, Su triunfo y glorificación, junto al Padre,
deben ser otras tantas razones de júbilo.
La fidelidad amorosa al Maestro hará un
milagro de convertir en gozo paradoxal todas las tristeza.
Juan 16: 20: “De
cierto, de cierto os digo que vosotros lloraréis y lamentaréis, y en cambio el
mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se
convertirá en gozo.”.
Juan 16: 24: “Hasta
ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro
gozo sea completo”.
Alegría
y Salud
Reír reduce el
riesgo de las enfermedades. Un periódico brasileño llamado O Globo del día 24-
6-91, dice que el efecto es el mismo de los deportes, encuesta realizada en
Alemania.
Bonn – “Reír ayuda mucho a ser feliz y
contribuye para mejorar la salud”. Según una experiencia clínica,
realizada por Franz Joseph Hehl, del Departamento de Psicología de la
Universidad de Dusseldorf, en Alemania, reír es tan bueno para el organismo como
practicar deportes”.
Como acaba de divulgar la revista
médica Zeitscchrift fur Psychopatologie, el cientista logró también probar que
reír a carcajadas, puede no ser elegante, pero hace bien. Las carcajadas fortalecen el sistema
respiratorio, circulatorio e incentivan la liberación de la endorfina. Hehl
estudió 80 voluntarios. “Al reír, una persona ejercita cuerdas
vocales y músculos faciales. Cada uno tiene un modo único de reír, pero todos
consiguen el mismo tipo de efecto benéfico con por lo menos una carcajada por
día.”
Una simple película cómica, exhibida a
los voluntarios en una sala cerrada de la Universidad, ya fue suficiente para
reforzar su sistema inmunológico. Algunos minutos después de las primeras
rizas, la mayor parte presentaba un valor más alto de Inmunoglobulina A (IgA).
Se trata de una sustancia que ayuda los linfocitos en la lucha constante contra
los agente que provocan la enfermedad, y es por eso, concluye Hehl, que quien
ríe más enferma menos.
Otro cambio en consecuencia de las risas
es el aumento de la actividad de las llamadas células asesinas naturales,
agregó Hehl. Ellas atacan invasores como virus y bacterias que penetran en el
organismo. Hehl supone también que las personas
que ríen con frecuencia corren menor riesgo de contraer el cáncer. Según Hehl hasta los dolores de cabeza
son más fuertes para las personas como los deprimidos, que no consiguen reír
fácilmente.
LA ALEGRÍA Y EL ESPÍRITU DE PROFECÍA
“Para tener perfecta salud, nuestros corazones
deben estar llenos de esperanza, amor y alegría”.
(Mente, Carácter y Personalidad – Tomo
2 – Pág 416)
“El
amor que Cristo infunde en todo nuestro ser es un poder vivificante. Da salud a cada una de las partes
vitales: el cerebro, el corazón y los nervios. Por medio de las energías más
potentes de nuestro ser despiertan y entran en actividad. Libra al alma de la
culpa y tristeza, de la ansiedad y congoja que agotan las fuerzas de la vida.
Con él vienen la serenidad y la calma. Implanta en el alma un gozo que nada
en la tierra puede destruir: el gozo que hay en el Espíritu Santo, un gozo que
da salud y vida”.
( El Ministerio de Curación, pág. 78 )
Nada tiende más a fomentar la salud del
cuerpo y del alma que un espíritu de agradecimiento y alabanza. Resistir a la
melancolía, a los pensamientos y a los sentimientos de descontento es un deber
tan positivo como el de orar. ( El
Ministerio de Curación, pág. 194 )
“Cuando el espíritu goza de libertad y dicha
por el sentimiento del deber cumplido y por haber proporcionado felicidad a los
otros, la influencia alegre y reconstituyente que de ello resulta infunde vida
nueva al ser entero”. ( El Ministerio de Curación, pág. 199 )
“El estar consciente de obrar
correctamente es la mejor medicina para los cuerpos y las mentes enfermos”. ( Consejos sobre la Salud, pág. 629 )
“Si la mente está libre y feliz, si está 360
bajo la convicción de que se está obrando bien y si experimenta un sentido de
satisfacción al hacer felices a otros, creará un gozo que afectará a todo el
organismo facilitando la circulación de la sangre y tonificando todo el
cuerpo. La bendición de Dios tiene un efecto
sanador; y los que benefician abundantemente a otros experimentarán esa
maravillosa bendición en sus corazones y sus vidas.
( Consejos sobre Mayordomía Cristiana,
pág. 359,360)
Un próspero hombre de negocios empezó a
sentir su vida plenamente vacía e infeliz. Después de visitar el psicólogo,
decidió aceptar el consejo de este: de ayudar a alguien como la mejor medicina
para sus males. Fue a una estación terminal de trenes y allí quedó durante
varias horas. Sin saber que hacer para poner en práctica el consejo, nadie a
quien ayudar. Al fin, observó una anciana que parecía completamente
desorientada y afligida. Llenándose de valor se acercó a ella le preguntó si
podría ayudarla en alguna cosa. La anciana inmediatamente contó que recién
había llegado del interior para visitar su hija que vivía en la ciudad, y para
darle una sorpresa, había llegado sin avisar, pero que no había encontrado a su
hija en la dirección que tenía en las manos y estaba desconsolada. Nuestro
hombre llevó a la anciana a un puesto telefónico, al Correo, hasta conseguir la
dirección. Llamó un taxi y ayudó la anciana a subir, se sentó a su lado,
acompañándola hasta la angosta calle, en un suburbio de la ciudad. En el camino
se detuvo en una florería para comprar unas rosas que entregó a la anciana.
Esta estaba tan llena de alegría por las atenciones que había recibido del
desconocido. Al fin, la dejó en la casa de su hija y volvió a su residencia. De
allí, llamó a su médico y le dijo:
“Doctor, me
siento muy bien, encontré el camino de la felicidad”.
Proverbios 17: 22 “El corazón alegre es una buena medicina,
pero el espíritu triste seca los huesos”.
¿ ERA JESÚS ALEGRE?
“Hay muchos que tienen ideas muy erróneas
sobre la vida y el carácter de Cristo. Piensan que carecía de calor y alegría,
que era austero, severo y triste. Para muchos toda la vida religiosa se
presenta bajo este aspecto sombrío. 122
Se dice a menudo que Jesús lloraba,
pero que nunca se supo que haya sonreído. Nuestro Salvador fue a la verdad un
varón de tristezas y dolores, porque abrió su corazón a todas las miserias de
los hombres. Pero aunque su vida era abnegada y llena de dolores y cuidados, su
espíritu no quedaba abrumado por ellos. En su rostro no se veía una expresión
de amargura o dolor, sino siempre de paz y serenidad. Su corazón era un
manantial de vida. Y dondequiera iba, llevaba descanso y paz, gozo y alegría.
Nuestro Salvador fue profunda e
intensamente serio, pero nunca sombrío o huraño. La vida de los que lo imitan
estará por cierto llena de propósitos serios; tendrán un profundo sentido de su
responsabilidad personal. Reprimirán la inconsiderada liviandad; entre ellos no
habrá júbilo tumultuoso, ni bromas groseras; pues la religión de Jesús da paz
como un río. No extingue la luz del gozo, ni impide la jovialidad, ni oscurece
el rostro alegre y sonriente. Cristo no vino para ser servido sino para servir;
y cuando su amor reine en nuestro corazón, seguiremos su ejemplo.”
( El Camino a Cristo, pág. 122 )
I Tesalonicenses 5: 16 “Estad siempre gozosos”
Nuestro
ejemplo supremo es Jesús.
Juan 10:
10 “...Yo he venido para que tengan
vida, y para que la tengan en abundancia”.
Nuestra vida y
nuestra alegría debe ser compartida.
Pablo después de haber vivido una vida
de orgullo comprendió que eso no tenía valor.
Gálatas 2: 20 “Mas vive Cristo en mí
Nada podría
separarlo del amor de Cristo.
Romanos 8: 35 en adelante
“LA ESPERANZA
DE LOS JUSTOS ES ALEGRÍA” Proverbios 10:
28.
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