INTRODUCCIÓN
El celibato es un tema muy delicado a ser tratado en la actualidad.[1] La iglesia protestante en general está en desacuerdo con esta enseñanza y práctica de la Iglesia Católica Apostólica Romana, por razones teológicas básicamente, mientras los protestantes toman como absurda esta práctica, los católicos tienen “pruebas” que tratan de mostrar que los protestantes se hacen problemas por una enseñanza tan clara en la Biblia.
Encontramos opiniones variadas sobre el origen del celibato en los ministros de la Iglesia Católica, algunos teólogos tienen la firme convicción de su origen divino y otros aseveran que es una mera disciplina de institución eclesiástica. A fin de alcanzar un mejor conocimiento sobre esta “institución” el presente escrito se va a referir a algunos fundamentos teológicos que sostienen el celibato y otras que se muestran totalmente contrarias. Para ello se recurrirá a la historia como base humana y a la palabra de Dios como base divina.
EL CELIBATO SACERDOTAL: DEFINICIONES
La palabra española se deriva del latín caelebs “no casado”, y se refiere a la abstinencia del matrimonio por parte del clero y las órdenes monásticas de la Iglesia Católica Romana.[2] El celibato es en realidad una de las características peculiares de la Iglesia Apostólica Romana y probablemente una de sus enseñanzas más polémicas en un mundo cambiante y con inclinaciones al liberalismo en general. El celibato consiste básicamente el abstenerse o en la continencia sexual, es decir no contraer matrimonio voluntariamente, sin embargo como mencionamos en la introducción nos enfocamos básicamente al celibato sacerdotal o consagrado.
Esta práctica católica romana requiere que su clero permanezca sin casarse y se consagre a la pureza personal en pensamiento y en obra a Dios.[3]
El celibato significa etimológicamente la condición propia del hombre que no se ha casado, así también como el estado de una alguien que ha decidido quedarse a completa disposición a la obra de Dios en el plano profesional o relacional, rechazando los límites que la vida familiar o conyugal comportan.[4]
El celibato es la forma de vida de los sacerdotes ministros de la Iglesia Católica Apostólica Romana (ICAR)[5] los cuales han renunciado a todo según ellos como respuesta a la invitación de Cristo a su ministerio al igual que sus apóstoles.
El significado del celibato consagrado según la vocación cristiana consiste en que el hombre es llamado a una vida en espíritu cada vez más amplia y profunda, de esta manera llegue a ser progresivamente como Cristo, es esa según la ICAR la verdadera motivación de aceptar el celibato, es claro que hay otras razones pero las mencionaremos más adelante.
El estado célibe es una anticipación social del hombre resucitado en Cristo. El matrimonio aunque no obstaculiza una vida cristiana, induce a aceptar estructuras destinadas a desaparecer en la realidad escatológica[6].
En la tradición cristiana se habla de virginidad, castidad y celibato. El término de “virginidad”, también es empleado para designar a las mujeres, este es el mismo caso para las mujeres que desean el ser siervas de Dios para toda la vida, las muy conocidas madres o monjas, para la ICAR esta práctica encierra un rico contenido teológico, es por esta razón que Tony Mifsud, S.J. menciona así:
“de plena disponibilidad a la voluntad de Dios, una disponibilidad fecunda de apertura al plan del Padre en la realización del reinado de Dios mediante la confianza en poder del Espíritu de Jesús; pero, desafortunadamente, con el paso del tiempo se ha cargado el acento sobre el aspecto biológico y con una referencia predominante y también con malicia machista la mujer. Hoy por hoy la palabra virginidad más bien tiende a denotar “la abstención de relaciones sexuales de la mujer”.[7]
El celibato es un tema muy delicado a ser tratado en la actualidad.[1] La iglesia protestante en general está en desacuerdo con esta enseñanza y práctica de la Iglesia Católica Apostólica Romana, por razones teológicas básicamente, mientras los protestantes toman como absurda esta práctica, los católicos tienen “pruebas” que tratan de mostrar que los protestantes se hacen problemas por una enseñanza tan clara en la Biblia.
Encontramos opiniones variadas sobre el origen del celibato en los ministros de la Iglesia Católica, algunos teólogos tienen la firme convicción de su origen divino y otros aseveran que es una mera disciplina de institución eclesiástica. A fin de alcanzar un mejor conocimiento sobre esta “institución” el presente escrito se va a referir a algunos fundamentos teológicos que sostienen el celibato y otras que se muestran totalmente contrarias. Para ello se recurrirá a la historia como base humana y a la palabra de Dios como base divina.
EL CELIBATO SACERDOTAL: DEFINICIONES
La palabra española se deriva del latín caelebs “no casado”, y se refiere a la abstinencia del matrimonio por parte del clero y las órdenes monásticas de la Iglesia Católica Romana.[2] El celibato es en realidad una de las características peculiares de la Iglesia Apostólica Romana y probablemente una de sus enseñanzas más polémicas en un mundo cambiante y con inclinaciones al liberalismo en general. El celibato consiste básicamente el abstenerse o en la continencia sexual, es decir no contraer matrimonio voluntariamente, sin embargo como mencionamos en la introducción nos enfocamos básicamente al celibato sacerdotal o consagrado.
Esta práctica católica romana requiere que su clero permanezca sin casarse y se consagre a la pureza personal en pensamiento y en obra a Dios.[3]
El celibato significa etimológicamente la condición propia del hombre que no se ha casado, así también como el estado de una alguien que ha decidido quedarse a completa disposición a la obra de Dios en el plano profesional o relacional, rechazando los límites que la vida familiar o conyugal comportan.[4]
El celibato es la forma de vida de los sacerdotes ministros de la Iglesia Católica Apostólica Romana (ICAR)[5] los cuales han renunciado a todo según ellos como respuesta a la invitación de Cristo a su ministerio al igual que sus apóstoles.
El significado del celibato consagrado según la vocación cristiana consiste en que el hombre es llamado a una vida en espíritu cada vez más amplia y profunda, de esta manera llegue a ser progresivamente como Cristo, es esa según la ICAR la verdadera motivación de aceptar el celibato, es claro que hay otras razones pero las mencionaremos más adelante.
El estado célibe es una anticipación social del hombre resucitado en Cristo. El matrimonio aunque no obstaculiza una vida cristiana, induce a aceptar estructuras destinadas a desaparecer en la realidad escatológica[6].
En la tradición cristiana se habla de virginidad, castidad y celibato. El término de “virginidad”, también es empleado para designar a las mujeres, este es el mismo caso para las mujeres que desean el ser siervas de Dios para toda la vida, las muy conocidas madres o monjas, para la ICAR esta práctica encierra un rico contenido teológico, es por esta razón que Tony Mifsud, S.J. menciona así:
“de plena disponibilidad a la voluntad de Dios, una disponibilidad fecunda de apertura al plan del Padre en la realización del reinado de Dios mediante la confianza en poder del Espíritu de Jesús; pero, desafortunadamente, con el paso del tiempo se ha cargado el acento sobre el aspecto biológico y con una referencia predominante y también con malicia machista la mujer. Hoy por hoy la palabra virginidad más bien tiende a denotar “la abstención de relaciones sexuales de la mujer”.[7]
EL CELIBATO SACERDOTAL: RAZONES ECLESIÁSTICAS
En lo que lleva consigo la castidad perfecta, fue introducido por una costumbre que deriva ya del tiempo de los apóstoles.[8] En efecto, partiendo de las recomendaciones del apóstol Pablo, que prohibió a los bígamos a aspirar ser anciano como registra la epístola a Timoteo 3:2; Tito 1:6 y otros que muestran a Pablo aconsejando esta práctica. Resulta Claro entender que Pablo muestra su preocupación por aquellas personas que deseaban ser líderes de la iglesia primitiva, la se sus tiempos, y no eran personas de buena reputación, para no complicarlas cosas el apóstol es claro y enfático en decir que el hombre que desea el obispado desea algo bueno pero que tenga en cuenta muchas cosas y entre ellas el ser esposo fiel y de solo una mujer. La iglesia en aquellos tiempos, podemos evidenciar, sintió la necesidad de una pureza total en los que se dedicaban al servicio del altar.[9]
EL CELIBATO SACERDOTAL: SU DESARROLLO HISTÓRICO
En el siglo II, la idea de castidad en los ministros del Señor se abrió paso con evidente firmeza, Tertuliano y Orígenes dieron fe del gran número de aquellos que, recibidas las órdenes, abrazaban la continencia total y perfecta. La ICAR reconoce con claridad que no existió una ley apostólica que impusiera el celibato, pero sí es cierto, argumentan, por lo menos en la iglesia occidental que ésta práctica era muy entendida y practicada ya a fines del siglo III. [10]
Muchos cristianos de los primeros siglos, hombres y mujeres, comenzaron a practicar los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia.[11]Los que observaban eran tenidos en gran estima a pesar de todo[12]. Esto es entendible, en la actualidad hay líderes de la iglesia que también no son casados y ejercen el liderazgo aún siendo solteros como solía oficiar de sacerdote el jefe de la familia (presbítero o anciano), es natural que hubiese pocos sacerdotes solteros.
Tertuliano en el año 200 DC. (“De Exhortatione Castitatis”) habla del gran número de sacerdotes que vivían continentes, ya que habían elegido a Dios por esposo. De igual modo Orígenes el apologeta por esa misma época (“In Leviticum”), justifica así el celibato sacerdotal: los sacerdotes de la Antigua Ley observaban continencia alejándose de sus esposas durante el periodo de sus servicios al templo; los de la nueva ley no conocen tales inconvenientes, por ser célibes.[13]
En la iglesia primitiva
En la iglesia primitiva sin embargo no existía la prescripción del celibato para el sacerdocio. Tanto es así que en la imagen de obispo que encontramos como ya mencionamos se le aconseja a solo ser esposo de una sola mujer y amarla como Jesús amó a la iglesia y se entregó por ella según su epístola a los Efesios 5:25.
En la iglesia de la patrística
En la patrística, los padres de la iglesia se opusieron con fuerza contra toda forma de pensamiento que condenara al matrimonio[14].Esta, era una tendencia dualista y rigorista ya estaba presente en la iglesia de Éfeso, donde se hace referencia a algunos que “prohíbe el matrimonio” según 1Timoteo 4:3. No obstante Mifsud menciona que es eso cierto sin embargo: “el matrimonio es bueno pero que la idea de celibato es mejor” porque es Pablo mismo que aconseja así.[15]
La historia de la legislación eclesiástica sobre es tema del celibato sacerdotal se remonta legalmente al siglo IV.[16] De esta mantear a través de la historia se pueden detallar lo siguiente considerando sólo las fechas más importantes ya que este tema tiene documentación abundante de muchos concilios donde abordaron este tema:
En el concilio de Elvira
En el concilio de Elvira, la más antigua declaración canónica, canon 33 del concilio de Elvira en el año 305 DC.[17] Realizado en España menciona de la siguiente manera: “Se ha decidido por completo la siguiente prohibición a los obispos, presbíteros y diáconos o a todos los clérigos puestos en ministerio: que se abstengan de sus mujeres y no engendren hijos; y quien quiera lo hiciere, sea apartado del honor de la clerecía”.[18]
Los sacerdotes aprobaron este dictamen en la mayoría de regiones.[19]A partir de este momento también, la legislación occidental del celibato cuenta con una abundancia documental verdaderamente extraordinaria. Ello prueba entre otras cosas que el tema fue de gran importancia en esas épocas.[20]
En el concilio de Nicea
En el concilio de Nicea. Algunos años después, Osio de Córdova intentó promulgar sin éxito este decreto en el concilio de Nicea[21] el cual dirigía Constantino “el grande” el emperador de Roma hacia el año 324 DC. Ya que él proponía el celibato para todos lo que trabajen en la iglesia, sin embargo este concilio prohibió el matrimonio tras la recepción de órdenes mayores; es decir, los obispos, presbíteros y los diáconos no podían casarse después de ser ordenados, sin prohibir la ordenación de los que ya eran casados. En fin, en el siglo IV el celibato sacerdotal ya era tomado como obligatorio.
Hacia finales del siglo IV
Hacia finales del siglo IV, tiempos del Papa Dámaso I (366-384) o del Papa Siricio (384-399), Inocencio I y León I, ordenaron el celibato al clero. Otros concilios locales en África, Francia e Italia publicaron decretos haciendo obligatoria esta práctica. Se conoce por esto que apareció una ley de continencia para los sacerdotes casados.[22] Pero se considera de mucha importancia a dos decretales del Papa Siricio y las decisiones del II Concilio de Cartago en el año 390 DC. Todos los textos atestiguan claramente lo que podría llamarse una disciplina de la continencia (o castidad) perfecta, exigida a obispos, presbíteros y diáconos, de los que se da por supuesto, en general, de hombres casados que estaban al servicio de la Santa iglesia.
Se conoce que los primeros siglos de la era cristiana la iglesia así como el poder político militar de Roma estaba dividido por muchas razones, una de ellas la cultura diferentes de ambos así como sus intereses propios, la iglesia cristiana también estaba dividido no solo territorialmente sino que doctrinalmente, es por esta razón que es necesario mencionar qué es lo que pensaban o cómo actuaban las dos iglesias (del Oriente y del Occidente) con respecto al tema del celibato.
En Oriente
En Oriente, luego de diversas prohibiciones y concesiones, se permitió, desde el siglo VII en adelante, a los Sacerdotes y Diáconos, vivir con sus esposas si ya habían contraído matrimonio antes de ser ordenados como sacerdotes. De esta manera el celibato se convierte en requisito fundamental para aquellos que han de ocupar los más altos cargos de la iglesia, por lo demás es importante mencionar también que jamás faltaron entre los religiosos hombres que vivían en monasterios en los que se observaba no sólo castidad sexual sino también pobreza y obediencia[23] como los Ascetas por ejemplo que buscaban la purificación progresiva y esfuerzo constante para conseguir un ideal moral y agradar a Dios no importando qué cosas tenían que sacrificar y abandonar. Recibieron varios nombres los que lo practicaron: confesores (confiesan su fe), los continentes (practican la castidad) y los ascetas. A las mujeres se les da el nombre de: esposas de Cristo, siervas de Dios o vírgenes consagradas.[24]
Los ascetas, aunque no tenían una estrecha relación entre los cargos más importante del clero nos dan a entender que esta enseñanza no era desconocida y al mismo tiempo también son vinculados como el primer grupo de personas que aceptaron el llamado de ser célibes pues entre sus creencias consideraban que era de suma importancia alejarse todo lo que tenga que ver con satisfacción de yo, y abnegarse a todo lo que te distraiga de la comunión personal con Dios en cumplimiento dicen ellos de Marcos 8:35.
En el 692 DC. en el sínodo de Trulla se llegó a una legislación que parafraseado mencionaba que los obispos estaban obligados a vivir en continencia por lo cual el clero vio conveniente elegir para el ministerio a monjes; mientras que los sacerdotes, los diáconos y subdiáconos no podían casarse después de la ordenación, pero si ya estaban casados podían seguir viviendo con sus esposas e incluso manteniendo relaciones sexuales.[25]
En el Occidente
La ley del celibato fue promulgada por la iglesia latina primero de forma implícita en el primer concilio de Letrán hacia el año 1123 de nuestra era, bajo el Papa Calixto II, y más tarde explícitamente en los cánones 6 y 7 del segundo concilio de Letrán 1139 bajo el Papa Alejandro II. Mientras el primer concilio sólo habla de la disolución matrimonial de los clérigos mayores, el segundo decretó la invalidez del matrimonio. Es decir, se llegó a la conclusión: “los matrimonios de subdiáconos, diáconos y sacerdotes después de la ordenación son inválidos: y los candidatos al sacerdocio que ya están casados, no pueden ser ordenados. Esta decisión fue confirmada por Alejandro III en el año 1180 y Celestino II en 1198.
El concilio de Letrán, afirmando la invalidez del matrimonio en el caso de los clérigos con órdenes mayores o de los religiosos con votos solemnes.[26] Edward Schillerbeeckx menciona (parafraseando) que antes del siglo XI esta enseñanza del celibato para los sacerdotes era si bien es cierto siempre promulgada y confirmada, sin embargo era siempre adoptada parcialmente, y de ello eran consientes las autoridades. Después de haberlo intentado de muchas maneras imponiendo sanciones económicas y multas, recurren al medio más drástico recién en el año 1139, fue en este año como ya se mencionó que el sacerdocio se convirtió en un impedimento para que el que ejerza este cargo el matrimonio y solo los solteros podían ser ordenados. Además no es solo por puro gusto sino porque mantiene una motivación netamente espiritual de servicio completo a Dios, es decir la pureza ritual y la desconfianza hacia lo sexual, es esto lo que explica la ley del celibato para el sacerdocio católico romano.[27]
Posteriormente al concilio de Letrán I con la ley de celibato, algunos de los sacerdotes satanizaron el sexo, es decir que argumentaban que la sexualidad era producto del pecado y cosa de demonios sin embargo esa no era la verdadera razón del celibato. En el concilio de Letrán II que se realizó ya en el siglo XII casi un siglo después del primer concilio en Letrán se promulgó oficialmente dicha ley, expresada claramente enfatizando que era por cuestiones de pureza para el sacerdocio y no para otra cosa desviada de doctrina. Edward menciona lo siguiente: “Con el fin de que la lex contineniae y la pureza, tan agradable a Dios, aumenten entre los clérigos y consagrados, establecemos….La ley del celibato como instrumento eficaz para cumplir de una vez la ley de la continencia”.[28]Sin embargo este concilio llevado a cabo el años 1545-63 aproximadamente confirmó que la enseñanza era del clero por ley de la iglesia y no por la ley de Dios.[29]
Este en este periodo de la edad media aproximadamente donde ocurrió la reforma protestante por muchos hombres tales como Calvino que se atrevió a decir que el celibato no debía ser juzgado como mayor de los méritos que el estado del matrimonio, y protestó contra el desprecio[30] que generalmente le daban algunos fanáticos católicos tales como Jerónimo que argumentaba que el matrimonio “era una relación impura”[31], de esta manear también Marín Lutero en su lucha contra la Roma Papal denuncia injusticias e incumplimiento de sus propias leyes y más aún de que esas leyes no tiene sustento bíblico ni apoyo de Dios en su realización[32].
Como es de suponerse a raíz de la reforma de lutero y de otros hombres que la precedieron y la continuaron esta enseñanza netamente católica se vio en muchas veces a ser derribada, pero sigue manteniendo hasta hoy su validez tal como en el concilio de Trento II se acordó, claro que es importante decir que esta práctica de la ICAR está sujeta la absolución si ella si lo creyese oportuno.[33]
EL CELIBATO SACERDOTAL: EN EL SIGLO XXI
Podemos entender que esta ley del Celibato de la ICAR puede ser abolida como menciona este fragmento de un artículo: “habría que especificar que el deber de celibato no forma parte de la naturaleza intrínseca del sacerdocio, sino que se trata de una gracia añadida que la Iglesia reconoce como ideal para el desempeño del ministerio. Ideal, y en estos momentos, obligatoria según las leyes eclesiásticas, que no deben sin embargo considerarse leyes divinas.”[34] O más aún como menciona Robert G. Clouse, actualmente la ICAR juzga útil el celibato de los ministros por cuanto les concede mayor libertad para el servicio de Dios, aunque también afirma que la iglesia puede anular esta regla cuando lo decida.[35]
Al respecto, es de gran importancia mencionar que el Papa Pablo VI se pronunció ante este tema en Junio 24 del año 1967 en una Encíclica: “sacerdoialis caelibatus”: El Celibato Sacerdotal hoy. Donde expone todo un argumento detallado del porqué es que la ICAR sigue ese principio de fe, esta tesis empieza así: “A los obispos, a los hermanos en el sacerdocio a los fieles de todo el mundo católico. El celibato sacerdotal, que la Iglesia custodia desde hace siglos como perla preciosa, conserva todo su valor también en nuestro tiempo, caracterizado por una profunda transformación de mentalidades y de estructuras”.[36]
También, El Papa Juan Pablo II dice en la carta apostólica Mulieris Dignitaten # 20: "El celibato por el reino de los cielos es una gracia especial por parte de Dios, que llama a una persona determinada a vivir el celibato. Si este es un signo especial del Reino de Dios que ha de venir, al mismo tiempo sirve para dedicar a este reino escatológico todas las energías del alma del cuerpo de un modo exclusivo durante la vida temporal".[37] El Papa que vivió no hace mucho, entendía que el celibato era algo precioso de esta manera dice que con Cristo ha entrado una novedad de vida. Allí donde el Génesis decía que no era bueno que el hombre esté solo, san Pablo llega a afirmar de que es bueno para el hombre estar solo (1 Corintios 7, 25-26). Queriendo dar a entender además que es como una forma de testificar su importancia al igual que Jesús por las ovejas cumpliendo así su labor como buen pastor despojándose de sí mismo para cumplir fielmente su llamado.
La Iglesia Católica Apostólica Romana, reafirma este dogma de manera tajante para los sacerdotes que ministran en la obra de Dios y su iglesia, de esta manera todo aquél que desea el obispado buena obra desea pero es necesario que adopte el don del celibato, que según llama la ICAR es una manera especial de servir el cual es honrado y bueno ante los ojos de Dios. Pues no existe ataduras para servir, no hay distracciones, sólo existe Dios y su relación con el sacerdote.[38]
EL CELIBATO SACERDOTAL: RAZONES MISIOLÓGICAS
El celibato no es una practica común, no es un mero soltero, el soltero no se ha casado aún pero tal vez pronto lo haga y no hay para él ninguna prohibición, pero el célibe hace de este un estilo de vida sin problemas; voluntariamente busca quedarse soltero por la causa del servicio de Dios, trabajando con familiares necesitados, ciencia, etc.[39] Es importante mencionar que el célibe no menosprecia el matrimonio sino que lo venera como a “sacramento grande” pero no se siente con vocación para aceptarlo; o bien las circunstancias le indican que no debe adoptar.[40]
El sacerdote célibe no es un señor cualquiera según la ICAR que de la noche a la mañana ha decidido ser así sino que responde a un llamamiento, reflexión y prueba antes de que llegue a ser sacerdote. No hay que entender el celibato solamente desde la óptica de la renuncia sino más bien como medio y como fuerza capaz de mayores posibilidades y afirmaciones, como una exigencia de vida para el desarrollo armónico del hombre.
En el sentido cristiano, el celibato no puede reducirse al mero hecho de no contraer matrimonio, es preciso que obedezca a una llamada especial de Dios, para dedicarse, plenamente a su servicio dentro de esa condición de célibe (1 Corintios 7, 7). La renuncia al matrimonio, bendecido por la Iglesia como camino de santidad para muchos cristianos, es un presupuesto, que adquiere toda su plenitud y profundidad de significado por el hecho de que es un carisma especial, un don recibido de Dios, para el mejor cumplimiento de la misión que cada uno ha recibido. Aunque no pertenece a la constitución esencial de la Iglesia, el celibato sacerdotal no es una adherencia histórica pasajera, es fruto de la acción del Espíritu en la Iglesia y una manifestación vital del desarrollo de la semilla que tiende a convertirse en árbol frondoso (Mateo 13, 31-32).[41]
El celibato favorece a la creación de un estilo de relaciones humanas, que es propio de la vida escatológica. Allí cada bienaventurado tendrá la capacidad de encontrar en totalidad y plenitud a todos los demás, más allá de la genitalidad sexual, que actualmente es el signo más profundo y más habitual del encuentro humano. El consagrado, también quiere con su estado testimoniar que los lazos interpersonales realizados más allá de la “carne y la sangre”, son amables: su celibato quiere ser como una especie de sacramento del encuentro futuro con Dios y con los hombres en Cristo.[42]
Dadas las exigencias psico-sociológicas actuales el celibato parece estructurarse de una manera autentica, siempre que se manifieste como: Expresión de caridad verdadera y en una comunión de amistades humano-espirituales.[43] Es decir, en primer lugar, la caridad es el alma del celibato, consagrado, la caridad que brota del ministerio pascual se difunde en el corazón consagrado y de esta manera estará apto para servir a la comunidad de la iglesia; el celibato adquiere su autentica razón en preselectiva del trabajo apostólico. El celibato consagrado tiene valor salvífico en cuanto que indica mayor disponibilidad en las relaciones sacerdotales con Cristo; en cuanto expresa un particular entrega apostólica, sirviendo a la iglesia a tiempo y fuera de tiempo tal como Cristo lo hizo. En segundo lugar, es un carisma especialmente comunitario y eclesial, el célibe está llamado para hacer una suave amistad con la comunidad eclesiástica, en el amor serenante a los feligreses, el célibe ha de comprometerse a ser un amigo sano y espiritual. Pero para ello debe sentirse integrado en la amistad íntima con Cristo.[44]
En conclusión, el celibato según la ICAR responde al llamado de Dios, al amor sano y sin malicia por el prójimo y la entrega total a la obra de Dios y su ministerio terrenal, así como a ser como Jesús fue, porque sobre ellos está la intercesión de los feligreses ya que ellos son los sacerdotes que Dios tiene sobre esta tierra a favor de las almas pecadoras. Además la vida de la Virgen María es venerada por los sacerdotes pues es ella quien les ayuda a cumplir su voto, pues muchos puntos en común tienen los sacerdotes con “la virgen María”, ambos engendran y dan a Jesús al mundo, ambos le llevan entre las gentes para bendecir, perdonar, hacer el bien. Y en la hora del sacrificio, ambos a los pies de la cruz, perdonan, como Él, y oran por los hijos extraviados.[45]
EL CELIBATO SACERDOTAL: RAZONES TEOLÓGICAS
En el Antiguo Testamento en Números 6, se dan normas respecto a los hombres y mujeres consagrados a Dios, pero esta no es más que una tosca figura de la consagración total que brinda a Dios los sacerdotes y nuestros religiosos.[46]La legislación referente al deber de continencia de los sacerdotes judíos durante su servicio en el templo, se asemeja ya más a nuestro celibato clerical. No existe ni una sola palabra que mencione célibe exactamente, ni una sola palabra en hebreo, y en el pensamiento hebreo eso no tiene validez ya que era muy importante para ellos la descendencia. Y el hecho de no tener descendencia constituía una desgracia, así como tuvo que experimentar por el resto de sus días la hija de Jeffté[47] Con todo, puede decirse que la ley antigua se desconoció del celibato virginal. Ya que no era como la ICAR lo pone en práctica.
En el Nuevo Testamento, esto se da con más énfasis, pues parece ser más ambivalente en materia de matrimonio. Por un lado, algunos de los apóstoles eran casado (Mateo 8:14; 1 Corintios 9:5) y Pablo recomienda el casamiento a los dirigentes de las iglesias en 1 Timoteo 3:1, pero por otro lado se destacan los valores de la virginidad o castidad. Aparte de los ejemplos de Cristo, María y Juan el Bautista, hay una enseñanza del mismo Jesús de que el celibato es un medio de consagrarse uno mismo a Dios tal como menciona en Mateo 19:12.[48] Y Pablo en su epístola la los Corintios 7:26-35, menciona que el celibato es una mejor obra que el matrimonio, pues la condición para una mejor y ferviente consagración a Dios dado a que evita enredos terrenales y e incita a prepararse para la venida de Jesucristo.
Jesús y el celibato
La continencia perfecta es referida claramente a la figura de Jesucristo, que lleva a plenitud la Ley y también el sacerdocio, e inaugura la forma de vida de la perfecta castidad “hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los cielos” Mateo 19:12. Los textos solían referirse también, en segundo lugar, a los doce mismos, que han dado ejemplo del verdadero seguimiento, dejándolo todo: casas, hermanos, hermanas, padres, madres, hijos o hacienda por el nombre de Jesús.[49]
Según la Biblia, dice Caraballo, no todos están capacitados para abrazar el celibato; no todos “son capaces de entenderlo”. Y en segundo lugar: hay quienes le abrazan “por el reino de los cielos”, por alcanzarle ellos mismos y por hacérselos alcanzar a los demás. A estos últimos “les ha sido concedido” la senda de la virginidad para una misión del todo especial. Jesús mismo se presenta en la Biblia como célibe[50] y muchas personas han abrazado esta práctica queriendo seguir los pasos de Jesús. Él exaltó la virginidad y la amó en su más elevada expresión, ésta flor es la que trajo desde el cielo a la tierra, Él fue quien abrió la virtud de esta flor, pues en su nacimiento renunció a todo y se sometió a todo, pero se rodeó de virginidad: Virgen la Madre, virgen el custodio, virgen el Precursor (Juan el Bautista), para su misión escogió apóstoles vírgenes, o que lo hubiesen sido después del matrimonio.[51] Jesús vivió por el cumplimiento de la voluntad del Padre, en una actitud constante de filiación íntima con Él. A la vez se relaciona con los hombres en términos de hermandad. He aquí dos de los rasgos que resaltan en Jesús con respecto al celibato: Filiación y hermandad. Jesús no tenía casa, pero tenía la casa de Pedro o de Lázaro, para vivir de vez en cuando, su familia era su madre, sus primos, María Magdalena, Martha, y más de cerca sus discípulos Jesús mismo entonces es el ejemplo para ser un célibe pues se entregó completamente a la misión, y esa es una de las motivaciones y tal vez la más pesante para esta práctica.
Pablo aconseja el celibato
En las enseñanzas de Pablo de Tarso se descubría luego la realización de esta forma de vida apostólica: también Pablo sigue a Cristo célibe, “libre de preocupaciones” con respecto a las cosas del mundo y entregado de todo corazón al Señor 1 Corintios 7:32-34 y de esta manera aconseja a la iglesia que mejor es estar soltero al servicio de Dios que casarte para estar con preocupaciones.[52] Reconoce además que es célibe pues imita a Jesús.[53] Su testimonio sobre los demás apóstoles, que llevan consigo una “mujer hermana” 1 Corintios 9:5, nunca fue comprendido en referencia a una presunta vida matrimonial. Al contrario, el ejemplo de Pablo muestra cómo el ministerio apostólico vive un amor celoso por la Iglesia, para presentarla como “casta virgen” a Cristo 2 Corintios 11:2; Efesios 5:25-32. La enseñanza de las pastorales era comprendida en el mismo sentido: Pablo pide que los candidatos al episcopado, presbiterado o diaconado sean “unius uxoris vir”[54], para indicar que habían de ser personas capaces de guardar la continencia, cosa que no se podía esperar en otros casos.
Juan en el Apocalipsis
En el capítulo 14, menciona a los 144000 que no se contaminaron con mujeres y que son vírgenes, la ICAR dice que ellos son los célibes [55] al igual: menciona Caraballo, que en los versos 3-5 el galardón de quienes se han mantenido vírgenes. [56] Finalmente, la autoridad eclesiástica no puede dar ni imponer aquello sobre lo que no tiene capacidad de disponer, lo que si puede, es establecer la condición de haber recibido este don para tener acceso a las órdenes sagradas. Y esto es lo que hace la ley del celibato, con ella la jerarquía que custodia y administra los sacramentos instituidos por Jesucristo, decide no conferir el sacramento del orden sino a aquellos que hayan recibido el carisma de la perfecta continencia y libre y responsablemente se comprometa custodiarlo y cultivarlo. Es un don y milagro del Espíritu y para todos los efectos un carisma.[57]
EL CELIBATO SACERDOTAL: ANTE LA VERDADERA LUZ, LA BIBLIA Y SOLA ELLA
Como hemos podido observar en los capítulos anteriores, la ICAR cree fehacientemente que el celibato es una buena práctica, casi 1700 años después del concilio en Elvira- España, donde se legisló por primera vez los documentos de la ley del celibato, y no pasaba de ser un consejo que era acatado en forma parcial y no practicada por la mayoría de los sacerdotes, hoy es aceptado por la ICAR.
Además, aproximadamente 2000 años hace que Jesús pronunció las palabras elogiando al buen siervo que deja todo por seguir a su nombre en Mateo 19:12 y que Pablo haya aconsejado no casarse como un medio de consagración y entrega total a la obra de Dios en 1Corintios 7:26-35, hoy estas son las declaraciones base para la ley del celibato. La ICAR hace obligatorio el celibato a todos los que se consagran para funciones religiosas.
Ante esto Juan C. Barreto, responde enfáticamente: “Doctrina de demonios. Cuando el apóstol, hablando proféticamente, dijo que vendrían tiempos cuando se estableciera el celibato y se prohibiría participar de determinadas viandas, a estas prácticas las calificó duramente llamándolas doctrina de demonios en 1Timoteo 4:1-5.[58]
Así, dentro de la organización de la ICAR hay millares de curas, monjes y monjas que viven engañados en la creencia de que con sus votos se hacen más agradables a Dios, cuando en realidad lo están ofendiendo al oponerse a las Sagradas Escrituras y a las leyes naturales de Dios que son ley de Dios mismo.[59]
En el Antiguo Testamento en el primer libro, Dios dijo que “no es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para Él (Génesis 2:18). Esta es la ley que Dios dijo al hombre que “se unirá el hombre a su mujer y serán una sola carne” un matrimonio, implica el abandono de la castidad para el hombre y de la virginidad para la mujer. Y de allí que vivan felices, sanamente. De esto no pueden ser ajenos los pastores del rebaño de Dios, quienes necesitan más que nadie de ayuda idónea, con la cual deben formar familias modelos para los demás feligreses. También el Rey Salomón escribió en Proverbios18:22 “El que halló esposa halló el bien, y alcanzó la benevolencia del Señor.” “Goza de la vida con la mujer de tu juventud que amas” Eclesiastés 9:9.
En Hebreos 13:4, se explica mejor este asunto, “honroso es en todo el matrimonio, y el hecho sin mansilla; a los fornicarios y a los adúlteros juzgará Dios.” Tan honroso es que Pablo dice que es el símbolo de la unión entre la iglesia y Cristo. Efesios 5:23-25.
Sin embargo aunque haya evidencia bíblica que apoyen al matrimonio, es de saber que la ICAR no está en desacuerdo con el matrimonio, sino que ellos no aceptan una vida al servicio de Dios unida al placer sexual, y es que tiene que ver mucho con su concepción de pecado, ya que ellos creen que el pecado original del hombre, fue el que Adán haya tenido relaciones sexuales con Eva, esta es una filosofía dualista gnóstica que se introdujo en la iglesia ya en los tiempos de Pablo, porque eran cristianos que venían con raíces y pensamientos griegos, ello creían que el cuerpo es malo, la carne es mala, es perversa, mas el espíritu es bueno. De esta forma pues, San Agustín planteaba el pecado original en el Edén y satanizaba el placer sexual y la vida matrimonial especialmente.
Los filósofos paganos, enseñaban que el cuerpo era prisión del alma, y el asiento de todo lo que hay de malo y pecaminoso en el mundo; que para alcanzar la perfección había que abstenerse de cosas que el cuerpo desea, y en esta abstención entraba el celibato y privarse de alimentos delicados y buenos que debían ser sustituidos por cosas inferiores, etc. [60]
Con respecto a lo que Pablo mencionó en su Primera Epístola a los Corintios en el capítulo 7, es mal entendido y tenido por asceta mezquino que despreció a las mujeres y aconsejó contra el matrimonio. Más al contrario, aconsejó el matrimonio como norma para todos los cristianos y no consideró que el celibato supusiese una virtud moral superior. Esta verdad fundamental debería tenerse bien en cuenta al leer todo este capítulo e interpretar todo lo que pablo tiene que decir en cuanto a dicho tema.[61]
No podemos negar tampoco que el Apóstol haya tenido sus inclinaciones o preferencias por el celibato a fin de verse libre de inquietudes y decepciones. Aunque considera excelente el celibato, afirma que el poder vivir como tal es un don especial. Pero los que no poseen ese don es mejor que se casen. La enseñanza del apóstol es obviamente sana, y razonable. Es absurdo insistir en que todos se cases. Algunos pueden ser felices siendo célibes, la norma general sin embargo es el matrimonio.[62]
Es importante aclarar que la interpretación de la profecía según la ICAR de Apocalipsis 14:1-5 debe tomarse como figurativamente, pues el libro de Apocalipsis es un libro profético cuya característica es usar símbolos o figuras para presentarnos verdades grandes, si se toma ese texto como literal estaríamos aceptando que: (1) el matrimonio es una contaminación, pues el texto dice: “los que no se contaminaron con mujeres”(2) que sólo los hombres seguirán a Cristo o al cordero, (3) y que solo las vírgenes podrán seguir al cordero. Y así enumeraríamos muchas otras más razones contra las absurdas interpretaciones de algunos teólogos de la ICAR.
Finalmente: “Si alguno desea obispado, buena obra desea, conviene pues que el obispo sea irreprensible, MARIDO DE UNA SOLA MUJER (este es el requisito en contra del celibato obligatorio para ser sacerdote), solícito, templado, compuesto, hospedador, apto para enseñar, no amador al vino, no heridor, no codicioso, no litigioso, ajeno de avaricia, que GOBIERNE BIEN SU CASA, que tenga SUS HIJOS EN sujeción con toda honestidad, porque el que no sabe gobernar su casa cómo pues gobernará ala iglesia de Dios? 1Timoteo 3:1-5.
EL CELIBATO SACERDOTAL: ANTE LA SOCIEDAD MODERNA
En un mundo cambiante y poco conservador, el tema del celibato sacerdotal no pasa de ser un dogma absurdo, y esto porque después de varios siglos, el clero no ha sido consecuente con lo que dicen ser. ¿Quién puede desconocer las historias de sacerdotes que mantienen relaciones afectivas e íntimas con mujeres habiendo hecho un voto de castidad perpetua para entregarse como Cristo se entregó a la iglesia despojándose de todo para servir bien.
Hoy en el siglo XXI, la sociedad menos conservadora apoya a un celibato voluntario, en otras palabras que el clérigo pueda ser casado si lo desea sin ser excomulgado por esa decisión. De esta manera se evitaría los diversos problemas de denuncias en contra de los clérigos relacionados con sexo y abuso sexual a niños incluso.
Las fuertes presiones de la sociedad para que se elimine el celibato es una realidad innegable, ente esto el vaticano menciona que esas son las voces de Satanás que desea que el sexo impere en las vidas del sacerdote y no haga ni cumpla con su parte en la obra de Dios y la santa iglesia.
Así, el celibato hoy es un dogma muy acusado por que sus frutos han sido malos, y se ha demostrado que el celibato no es una buena opción si el don de Dios no es realidad en la vida de un hombre llamado para un fin especial.
CONSECUENCIAS DEL CELIBATO SACERDOTAL OBLIGATORIO[63]
No hay dudas que de todos los célibes de la ICAR, existen hombres que realmente tienen la vocación a su ministerio. No obstante al inicio mismo de comenzar a caminar la vocación, el postulante se encuentra con una irrenunciable directiva: deberá permanecer célibe (total abstención de toda relación sexual) por el resto de su vida y ese “mandato” ante cualquier persona parece descabellada, pero el que anhela obispado debe seguir ese sendero. La ICAR enfoca este requisito de la siguiente manera:
Los consejos evangélicos están propuestos en su multiplicidad a todos los discípulos de Cristo. La perfección de la caridad a la cual son llamados todos los fieles implica, para quienes asumen libremente el llamamiento a la vida consagrada, la obligación de practicar la castidad en el celibato por el Reino, la pobreza y la obediencia. La profesión de estos consejos en un estado de vida estable reconocido por la Iglesia es lo que caracteriza la "vida consagrada" a Dios (cf. LG 42-43; PC 1). (Catecismo 915).[64]
En otras palabras, esta Institución obliga a estos hombres a permanecer célibes a perpetuidad, confundiendo y mezclando grave y peligrosamente lo que es puramente vocación humana (servir a Dios) con el don Divino de abstinencia y celibato, reservado y adjudicado de manera específica según la Autoridad Soberana de Dios, y no por el verdadero ejercicio de la vocación canalizado a través de la inscripción en un seminario, ya que escrito está:
En cuanto a las cosas que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer; pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido... No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. Pero esto digo por vía de concesión, no por mandamiento. Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro. Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando. (1ra. Corintios 7:1-9).
En ese contexto, el cumplimiento de este requisito sacerdotal ha sido cuestionado por la sociedad por varias décadas y hasta siglos. Esto por razones pesantez y muy graves, desde las acusaciones al clero de vivir una vida doble, es decir, aparentar ser célibes cuando no lo son. De esta manera por ejemplo: el sacerdote de la iglesia teniendo una relación sentimental y sexual con las monjas o mujeres que civiles, yendo de por ende en contra de los principios que ellos con tanta fuerza pregonan. Las acusaciones y denuncias son: adulterio, fornicación y hasta la violación a menores de edad, llámense niños, convirtiéndose de esta manera en pedófilos. A continuación dos comentarios fragmentados que dicen fuertemente sobre esto:
En la actualidad, a un sacerdote que participa en inmoralidad sexual raras veces la Iglesia lo expulsa del sacerdocio o lo excomulga. En cambio, lo transfieren a otra parroquia y quizás lo pongan bajo tratamiento psicológico (muchas veces como útil excusa para encubrir sus delitos sexuales). A los sacerdotes que dichos centros de tratamiento declaran curados (por ejemplo, a los Siervos del Paracleto en Jemez Springs, Nuevo México) los han reasignado a otras parroquias donde han abusado más víctimas. (Our Sunday Visitor, 27 Febrero 1994, pág. 5 y National Catholic Reporter, 7 Enero 1994, pág. 9)
A pesar de que Roma oficialmente condena la fornicación, miles de sus sacerdotes participan en relaciones sexuales fuera del matrimonio. Un periódico católico nacional informó que: "Siete mujeres francesas... compañeras de sacerdotes [a] quienes... se las obliga a 'vivir clandestinamente, para toda la vida, el amor que comparten con un sacerdote' [y quienes] representan a miles de mujeres en relaciones similares... llegaron al Vaticano el 20 de agosto. [Le] Pidieron al Papa que... investigara la realidad que enfrentan 'miles de sacerdotes' compañeros que viven en las sombras, a menudo con la aprobación de superiores eclesiales, y por los niños que... son criados sólo por sus madres solamente o son abandonados". (National Catholic Reporter, 3 de septiembre de 1993).[65]
Finalmente podemos decir que el celibato sacerdotal tristemente tiene una reputación contraria a su objetivo real, que es sinónimo de consagración a Dios completamente, mas en la actualidad el celibato es probablemente por las cosas que suceden un impedimento para la realización de un ministerio ideal en la ICAR. Ellos, deberían entender que el celibato no es la mejor forma de llevar un ministerio rico y próspero. Ya que en nada puede asemejarse con el ministerio de Cristo al cual ellos imitan según dicen.
CONCLUSIONES GENERALES
1. El Celibato como hemos visto, es una enseñanza tiene en parte como fuente de origen la Biblia, sin embargo no está bien entendida, ya que tanto como Jesús y Pablo no dejaron como mejor opción el celibato
2. El celibato es un don dado por el creador mismo y solo de esta manera puede ser un verdaderamente un célibe, pues no hay ningún interés por la sexualidad ni el matrimonio, pero si no se tiene el don, mejor es casarse a quemarse.
3. El celibato es un enseñanza que tiene en parte su origen en la Biblia dijimos, pero que con la entrada del paganismo a la misma, se introdujeron ideas dualistas griegas, y de esta manera alimentó esa mala compresión de la palabra de Dios desde el Génesis hasta el Apocalipsis, dando a entender que la sexualidad es pecado por cualquier lado, sea fuera o dentro del matrimonio. Pues ello obedece a los deseos de la carne y todo lo que la carne quiera es malo y pecaminoso.
4. La iglesia Católica Apostólica Romana, reconoce claramente que el celibato no es una práctica impuesta por los apóstoles ni por Cristo, si no que es netamente de la Iglesia o del clero.
5. La ICAR reconocen y enseñan que el celibato es voluntario, y obedece al un llamado de Dios al servicio de su obra a tiempo y fuera de tiempo, sin preocupaciones y distracciones sino que entregado puramente al servicio del Señor y de su iglesia.
6. La ICAR no desprecia al matrimonio como tal, pero considera malo y no apto para quienes aspiren ser sacerdotes y los que ya lo son.
7. El celibato, no es obligatorio, pero una vez que llegas a ser sacerdote después de 12 años de preparación y prueba para el ordenamiento como tal es un pecado grande y abominable ante Dios, el romper este voto.
8. El celibato debe ser motivado por el amor a Dios en primer lugar y el amor a las personas, así como Cristo lo hizo.
9. El celibato tiene su inspiración en Jesús, él es el máximo ejemplo para los célibes y aspirantes.
10. A través del celibato uno alcanzará poco a poco la perfección que Dios quiere y serás más acepto a Dios, y así poder ministrar le iglesia.
11. Un sacerdote célibe cumple la función de cristo de perdonar, orar e interceder por los pecadores.
12. El celibato constituye una severa rectificación de la naturaleza humana que sólo unos pocos elegidos pueden afrontar sin grave menoscabo; esos pocos elegidos siempre serán los sacerdotes entregados con mayor esmero a su ministerio, pues no habrá una familia carnal que los distraiga.
13. Finalmente la ICAR reconoce y acepta que la enseñanza y práctica del celibato es una enseñanza o un mandato (ley) de la iglesia y no de Dios, por lo cual es posible su abolición o modificación, prueba de ello es que en algunos países como Ucrania los sacerdotes pueden tener esposas.
14. Sin embargo podemos concluir diciendo que el celibato debe ser en respuesta a un don, no a una decepción o un capricho como se estila saber, pues Dios dijo “no es bueno que el hombre estés solo, le haré ayuda idónea, recalcó además: dejará el hombre a padre y madre y se unirá a ella y serán una sola carne…fructificad y multiplicad la tierra…” esa es la teología de la familia que quiere Dios, familias felices Y EL QUE DESEA OBISPADO no debe estar obligado a ser célibe SI NO TIENE EL DON. Necesita ser “…ESPOSO DE UNA SOLA MUJER…”
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
[1]Fernando Caraballo, Protestantismo y Biblia, Soluciones Católicos a los problemas que plantean nuestros hermanos protestantes (Buenos Aires: Ediciones Paulinas, 1955), 199.
[2]Daniel Sapia, “celibato obligatorio” http://www.conocereislaverdad. org/celibato.htm (09 de noviembre del 2006).
[3]Robert G. Clouse, “Celibato del clero”, Diccionario Historia de la Iglesia (Nashville: Caribe, 1989), 231, 232.
[4]Karla Paladino, “El Celibato Sacerdotal”, http://www.radioestrelladelmar. com/KP/celibato.htm. (21 de agosto del 2006).
[5]En adelante ICAR será: La Iglesia Católica Apostólica Romana.
[6]Tullo Goffi, Ética sexual cristiana (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1974), 117.
[7]Tony Mifsud, S.J., Una reivindicación ética de la sexualidad humana, Moral de discernimiento (Santiago, 1998), 354.
[8]Narciso Jubany, El diaconado y el celibato eclesiástico (Barcelona: Editorial Herder, 1964), 26.
[9]Ibíd., 26.
[10]Narciso, Jubany, 27.
[11]Fernando Caraballo, 210.
[12]Ibíd., 205.
[13]Fernando Caraballo, 205.
[14]Tony Mifsud, S.J., 360.
[15]Ibíd., 260.
[16]Para una breve historia sobre este asunto, se puede consultar: M. Rodríguez, El Celibato (Barcelona: Editorial Herder, 1975), 151-180.
[17]Robert G. Clouse, “Celibato del clero”, 231, 232.
[18]Alfonso Carrasco, “Celibato sacerdotal” http://www.vidasacerdotal. org/articulos/ art160.html. (20 de agosto del 2006).
[19]Fernando Caraballo, 206.
[20]Narciso, Jubany, 27.
[21]Robert G. Clouse, “Celibato del clero”, 231, 232.
[22]Tony Mifsud, S.J., 360.
[23]Fernando Caraballo, 206.
[24] Carlos Fuentes“¿Qué significa Ascetismo?” http://es.geocities.com/ sacravi rginitas/ascetas.htm (19 de agosto del 2006).
[25]Tony Mifsud, S.J., 361.
[26]Edward Schillebeeckx, El Celibato Ministerial (Salamanca: Editorial Sígueme, 1968), 38-40.
[27]Ibid.
[28]Edward Schillebeeckx, El Ministerio Eclesial (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1983), 154-156.
[29]Robert G. Clouse, “Celibato del clero”, 231, 232.
[30]G. Clouse, “Celibato del clero”, Diccionario Historia de la Iglesia, 232.
[31]Edward Schillebeeckx, El Ministerio Eclesial, 154.
[32]Para más detalles ver: Ricardo García, Martín Lutero II, En lucha contra los romanos (Madrid: Editorial B.A.C., 1976), 38-175.
[33]Fernando Caraballo, 207.
[34] S/A, “Sacerdocio y celibato” http://www.conoze.com/doc.php?doc=1270 (23 de agosto del 2006)
[35]Robert G. Clouse, “Celibato del clero”, Diccionario Historia de la Iglesia, 232.
[36]Para más detalles con respecto a la tesis del Papa Pablo IV ver: S/A, “Celibato Sacerdotal hoy” http://www.sacramentos.org/encisacerdoialiscaelibatus.htm (25 de agosto del 2006).
[37]Karla Paladino, “El celibato sacerdotal” http://www.radioestrelladelmar. com/KP/celibato.htm (21 de agosto del 2006).
[38]Fernando Caraballo, 198.
[39]Fernando Caraballo, 199.
[40]Ibíd., 200.
[41]Karla Paladino, “El celibato sacerdotal” http://www.radioestrelladelmar. com/KP/celibato.htm (21 de agosto del 2006).
[42]Tullo Goffi, Ética Sexual Cristiana, 118.
[43]Tullo Goffi, 118.
[44] Ibíd., 119.
[45]Fernando Caraballo, 210.
[46]Fernando Caraballo, 217.
[47] Tony Mifsud, S.J., 356.
[48]Robert G. Clouse, “Celibato del clero”, Diccionario Historia de la Iglesia, 231.
[49]Alfonso Carrasco, “Celibato sacerdotal” http://www.vidasacerdotal.org/articulos/ art160.html. (20 de agosto del 2006).
[50]Tony Mifsud, S.J., 354.
[51]J. Bonatto, Religión y Moral (Barcelona:Editorial Liturgia Española, S/A), 179.
[52]Fernando Caraballo, 218.
[53]Remigio De Papiol, El Protestantismo Ante la Biblia (San José, Costa Rica: Editorial Sagrado Corazón de Jesús, 1918), 158.
[54]Alfonso Carrasco, “Celibato sacerdotal” http://www.vidasacerdotal. org/articulos/ art160.html. (20 de agosto del 2006).
[55] Remigio De Papiol, El Protestantismo Ante la Biblia, 158.
[56]Fernando Caraballo, 218.
[57]Karla Paladino, “El celibato sacerdotal” http://www.radioestrelladelmar. com/KP/celibato.htm (21 de agosto del 2006).
[58]Juan C. Barreto, El Evangelio y El Romanismo, Manual de Controversia (Buenos Aires: Editorial Evangélica Bautista, 1953), 157.
[59]Ibíd., 158.
[60]Ibid., 160.
[61]Carlos R. Erdman, La Primera epístola de Pablo a los corintios (U.S.A.: Ediciones T.E.L.L., 1974), 80-81.
[62]Ibid.
[63] Esta sección presenta en general un resumen y comentario acerca de las consecuencias del celibato en la sociedad, las diversas acusaciones y denuncias en contra de los sacerdotes realizadas por miles de afectados por casos como violación de menores de edad, pedofilia, violación de mujeres que van en busca de consejos y hasta mujeres y niños en el confesionario. Estas acusaciones no son de ahora simplemente sino se remontan a siglos de silencio, pero ahora más que nunca las denuncias se hacen cada vez más común. Básicamente el investigador apoyado por citas de otras fuentes realiza un comentario y resumen. Es necesario mencionar además que materiales para sustentar este capítulo son escasos, no obstante para más detalles visitar donde se evidencia miles de denuncias en diversos medios de comunicaciones hechas en contra del clérigo, también reveladores informes que ponen en descubierto muchas evasiones de cargo de parte del vaticano mismo. Daniel Sapia, “celibato obligatorio” http://www.conocereislaverdad. org/celibato.htm (09 de noviembre del 2006).
[64] Daniel Sapia, “celibato obligatorio” http://www.conocereislaverdad. org/celibato.htm (09 de noviembre del 2006).
[65] Daniel Sapia, “celibato obligatorio” http://www.Conocereisla verdad. org/celibato.htm (09 de noviembre del 2006). Además, Historia del Celibato en la Iglesia Católicahttp://www.rentapriest.com/.
[1]Fernando Caraballo, Protestantismo y Biblia, Soluciones Católicos a los problemas que plantean nuestros hermanos protestantes (Buenos Aires: Ediciones Paulinas, 1955), 199.
[2]Daniel Sapia, “celibato obligatorio” http://www.conocereislaverdad. org/celibato.htm (09 de noviembre del 2006).
[3]Robert G. Clouse, “Celibato del clero”, Diccionario Historia de la Iglesia (Nashville: Caribe, 1989), 231, 232.
[4]Karla Paladino, “El Celibato Sacerdotal”, http://www.radioestrelladelmar. com/KP/celibato.htm. (21 de agosto del 2006).
[5]En adelante ICAR será: La Iglesia Católica Apostólica Romana.
[6]Tullo Goffi, Ética sexual cristiana (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1974), 117.
[7]Tony Mifsud, S.J., Una reivindicación ética de la sexualidad humana, Moral de discernimiento (Santiago, 1998), 354.
[8]Narciso Jubany, El diaconado y el celibato eclesiástico (Barcelona: Editorial Herder, 1964), 26.
[9]Ibíd., 26.
[10]Narciso, Jubany, 27.
[11]Fernando Caraballo, 210.
[12]Ibíd., 205.
[13]Fernando Caraballo, 205.
[14]Tony Mifsud, S.J., 360.
[15]Ibíd., 260.
[16]Para una breve historia sobre este asunto, se puede consultar: M. Rodríguez, El Celibato (Barcelona: Editorial Herder, 1975), 151-180.
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[18]Alfonso Carrasco, “Celibato sacerdotal” http://www.vidasacerdotal. org/articulos/ art160.html. (20 de agosto del 2006).
[19]Fernando Caraballo, 206.
[20]Narciso, Jubany, 27.
[21]Robert G. Clouse, “Celibato del clero”, 231, 232.
[22]Tony Mifsud, S.J., 360.
[23]Fernando Caraballo, 206.
[24] Carlos Fuentes“¿Qué significa Ascetismo?” http://es.geocities.com/ sacravi rginitas/ascetas.htm (19 de agosto del 2006).
[25]Tony Mifsud, S.J., 361.
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[27]Ibid.
[28]Edward Schillebeeckx, El Ministerio Eclesial (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1983), 154-156.
[29]Robert G. Clouse, “Celibato del clero”, 231, 232.
[30]G. Clouse, “Celibato del clero”, Diccionario Historia de la Iglesia, 232.
[31]Edward Schillebeeckx, El Ministerio Eclesial, 154.
[32]Para más detalles ver: Ricardo García, Martín Lutero II, En lucha contra los romanos (Madrid: Editorial B.A.C., 1976), 38-175.
[33]Fernando Caraballo, 207.
[34] S/A, “Sacerdocio y celibato” http://www.conoze.com/doc.php?doc=1270 (23 de agosto del 2006)
[35]Robert G. Clouse, “Celibato del clero”, Diccionario Historia de la Iglesia, 232.
[36]Para más detalles con respecto a la tesis del Papa Pablo IV ver: S/A, “Celibato Sacerdotal hoy” http://www.sacramentos.org/encisacerdoialiscaelibatus.htm (25 de agosto del 2006).
[37]Karla Paladino, “El celibato sacerdotal” http://www.radioestrelladelmar. com/KP/celibato.htm (21 de agosto del 2006).
[38]Fernando Caraballo, 198.
[39]Fernando Caraballo, 199.
[40]Ibíd., 200.
[41]Karla Paladino, “El celibato sacerdotal” http://www.radioestrelladelmar. com/KP/celibato.htm (21 de agosto del 2006).
[42]Tullo Goffi, Ética Sexual Cristiana, 118.
[43]Tullo Goffi, 118.
[44] Ibíd., 119.
[45]Fernando Caraballo, 210.
[46]Fernando Caraballo, 217.
[47] Tony Mifsud, S.J., 356.
[48]Robert G. Clouse, “Celibato del clero”, Diccionario Historia de la Iglesia, 231.
[49]Alfonso Carrasco, “Celibato sacerdotal” http://www.vidasacerdotal.org/articulos/ art160.html. (20 de agosto del 2006).
[50]Tony Mifsud, S.J., 354.
[51]J. Bonatto, Religión y Moral (Barcelona:Editorial Liturgia Española, S/A), 179.
[52]Fernando Caraballo, 218.
[53]Remigio De Papiol, El Protestantismo Ante la Biblia (San José, Costa Rica: Editorial Sagrado Corazón de Jesús, 1918), 158.
[54]Alfonso Carrasco, “Celibato sacerdotal” http://www.vidasacerdotal. org/articulos/ art160.html. (20 de agosto del 2006).
[55] Remigio De Papiol, El Protestantismo Ante la Biblia, 158.
[56]Fernando Caraballo, 218.
[57]Karla Paladino, “El celibato sacerdotal” http://www.radioestrelladelmar. com/KP/celibato.htm (21 de agosto del 2006).
[58]Juan C. Barreto, El Evangelio y El Romanismo, Manual de Controversia (Buenos Aires: Editorial Evangélica Bautista, 1953), 157.
[59]Ibíd., 158.
[60]Ibid., 160.
[61]Carlos R. Erdman, La Primera epístola de Pablo a los corintios (U.S.A.: Ediciones T.E.L.L., 1974), 80-81.
[62]Ibid.
[63] Esta sección presenta en general un resumen y comentario acerca de las consecuencias del celibato en la sociedad, las diversas acusaciones y denuncias en contra de los sacerdotes realizadas por miles de afectados por casos como violación de menores de edad, pedofilia, violación de mujeres que van en busca de consejos y hasta mujeres y niños en el confesionario. Estas acusaciones no son de ahora simplemente sino se remontan a siglos de silencio, pero ahora más que nunca las denuncias se hacen cada vez más común. Básicamente el investigador apoyado por citas de otras fuentes realiza un comentario y resumen. Es necesario mencionar además que materiales para sustentar este capítulo son escasos, no obstante para más detalles visitar donde se evidencia miles de denuncias en diversos medios de comunicaciones hechas en contra del clérigo, también reveladores informes que ponen en descubierto muchas evasiones de cargo de parte del vaticano mismo. Daniel Sapia, “celibato obligatorio” http://www.conocereislaverdad. org/celibato.htm (09 de noviembre del 2006).
[64] Daniel Sapia, “celibato obligatorio” http://www.conocereislaverdad. org/celibato.htm (09 de noviembre del 2006).
[65] Daniel Sapia, “celibato obligatorio” http://www.Conocereisla verdad. org/celibato.htm (09 de noviembre del 2006). Además, Historia del Celibato en la Iglesia Católicahttp://www.rentapriest.com/.
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